Guía para la enfermedad esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH)

¿Qué es la MASH?
Esta es una forma grave de otro trastorno llamado enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés). Antes se conocía como esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés). En la MASH, el hígado se agranda debido al exceso de grasa junto con la inflamación. La MASH puede causar daño celular que afecta el funcionamiento del hígado. Con el tiempo (generalmente después de muchos años), se puede desarrollar cicatrización en el hígado que es incurable. Los médicos lo denominan cirrosis, aunque no ocurre en todos los casos.

¿Qué causa la MASH?
Los médicos no pueden asegurarlo con certeza, pero las personas que desarrollan este tipo de enfermedad hepática (del hígado) tienden a tener ciertos trastornos en común. La mayoría presentan un peso corporal elevado o diabetes tipo 2. Problemas metabólicos como el colesterol alto, triglicéridos elevados y resistencia a la insulina también pueden causar inflamación y llevar a la cicatrización del hígado. Ciertos medicamentos están asociados con la MASH, incluidos esteroides y algunos fármacos para el tratamiento del cáncer o las arritmias cardíacas.

¿Quién puede desarrollar MASH?
Cualquier persona puede desarrollar MASH, incluso los niños. Sin embargo, los médicos la diagnostican con mayor frecuencia en personas de entre 40 y 60 años. Este tipo de enfermedad hepática suele afectar más a las mujeres que a los hombres y es la principal causa de trasplante de hígado en las mujeres. La MASH también parece ser más común entre las personas de ascendencia mexicana-estadounidense o hispana en comparación con personas de otras razas y etnias.

¿Qué tan común es la MASH?
Entre el 1.5 y el 6 % de los adultos en el país podrían tener MASH. Hasta 30 de cada 100 personas, o más de 100 millones de adultos estadounidenses, tienen MASLD. Sin embargo, la mayoría de las personas con esta enfermedad hepática tienen acumulación de grasa en el hígado, pero poca o ninguna inflamación o daño en las células hepáticas. Esto a menudo se llama hígado graso simple.

¿Cuáles son los síntomas de la MASH?
Muchas personas no presentan ningún síntoma. Sin embargo, a veces la MASH puede causar cansancio. Es posible sentir presión o un dolor leve en la parte superior derecha del abdomen. Si tienes daño hepático grave, podrías empezar a sangrar o desarrollar hematomas con facilidad. También podrías sentirte débil, experimentar picazón en la piel o tu piel puede volverse amarillenta (lo que se conoce como ictericia).

¿Cómo se diagnostica la MASH?
Los signos de daño hepático pueden aparecer en análisis de sangre de rutina, pero se necesitan más pruebas para confirmar la MASH. Estas generalmente incluyen una ecografía, una tomografía axial computarizada (TAC) o una imagen por resonancia magnética (IRM). Estas pruebas de diagnóstico por imagen determinan si existe acumulación de grasa en el hígado. Algunos hospitales pueden usar un tipo de ecografía llamada FibroScan o elastografía transitoria. Tu médico podría también tomar una muestra de tejido de tu hígado y enviarla a un laboratorio para analizar. Una biopsia puede identificar con precisión la inflamación y el daño causados por la MASH.

¿Los medicamentos pueden revertir la MASH?
El medicamento resmetirom (Rezdiffra) ha sido aprobado para tratar la MASH en combinación con cambios en el estilo de vida para bajar de peso, como la dieta y el ejercicio. Es posible que también necesites medicamentos para controlar los niveles altos de azúcar en sangre o el colesterol elevado. Algunas personas pueden beneficiarse de medicamentos o cirugía para perder peso si los cambios en el estilo de vida no han sido eficaces. Tu médico podría sugerir vitamina E, pero no debes tomar ningún suplemento sin antes recibir su aprobación. Los cambios en el estilo de vida también pueden detener o revertir la MASH.

Estilo de vida y control de la MASH: pérdida de peso
La pérdida de peso puede ayudar a las personas con sobrepeso a mejorar la salud de su hígado. Perder entre un 3 y un 5 % de tu peso corporal puede reducir la grasa en el hígado. Para disminuir la inflamación y la cicatrización causadas por la MASH, necesitarás perder al menos entre un 7 y un 10 %. Es mejor bajar de peso de forma gradual; un buen objetivo es perder alrededor de 1 a 2 libras por semana. Habla con tu médico sobre cómo adelgazar de manera segura. Si la dieta y el ejercicio no son suficientes, pregunta si la cirugía o los medicamentos podrían ser adecuados para ti.

Estilo de vida y control de la MASH: ejercicios
El ejercicio regular puede proteger contra el daño hepático incluso si no pierdes peso. Intenta elevar tu ritmo cardíaco durante 150 minutos o más cada semana. Puedes hacer jardinería, caminar a paso ligero, correr, nadar, andar en bicicleta o bailar. La clave es encontrar ejercicios aeróbicos de alta o baja intensidad que disfrutes durante 30 a 60 minutos la mayoría de los días de la semana. Consulta a tu médico antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios.

Estilo de vida y control de la MASH: cambia tu alimentación
Consume más frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables (las grasas insaturadas que se encuentran en el aceite de oliva y el pescado). Evita las bebidas y los refrigerios ricos en azúcar y las grasas saturadas. Una dieta rica en nutrientes ayuda a mantener un peso saludable y reduce las probabilidades de tener enfermedades cardíacas y otros problemas de salud. ¿No estás seguro de qué comer? Usa la dieta mediterránea como guía o consulta a un dietista.

Estilo de vida y control de la MASH: evita el alcohol
La MASH no se contrae por beber demasiado alcohol. Sin embargo, las sustancias químicas en el alcohol pueden dañar tu hígado, por lo que lo más seguro es no tomar bebidas alcohólicas. Si no puedes evitar el alcohol por completo, reduce su consumo tanto como puedas. Algunos estudios muestran que incluso un consumo moderado de alcohol (una bebida al día para las mujeres, dos para los hombres) puede aumentar la grasa en el hígado y la cicatrización.

¿Se puede prevenir la MASH?
Hay medidas que puedes tomar para reducir tus probabilidades de desarrollar una enfermedad del hígado. Haz ejercicio todos los días. Consume alimentos ricos en nutrientes. Controla tus niveles de azúcar en la sangre. Si fumas, deja el hábito. Además, visita a tu médico regularmente para tratar cualquier problema de salud que pueda dañar tu hígado, como la diabetes o el hipotiroidismo.

Vacúnate
Ciertos virus aumentan el riesgo de insuficiencia hepática. Si ya tienes MASH, los dos principales virus de los que debes protegerte son la hepatitis A y la hepatitis B. Sin embargo, también podrías beneficiarte de la vacuna antineumocócica (contra la neumonía) y las vacunas contra la COVID-19, la gripe y la Tdap, entre otras. Consulta a tu médico para saber qué vacunas son adecuadas para ti.

¿Qué más puedes hacer para proteger tu hígado?
Además de adoptar hábitos saludables, mantén a tu médico informado sobre todos los medicamentos, las vitaminas y los suplementos a base de hierbas que tomas o que estás considerando. El hígado purifica la sangre, y los medicamentos recetados, medicamentos de venta libre y los remedios a base de hierbas pueden sobrecargar o dañar este filtro de tu cuerpo.

Participa en un ensayo clínico
Si tienes MASLD o MASH, es posible que puedas probar nuevos tratamientos antes de que sean aprobados para el resto de la población. Pregunta a tu médico si hay algún ensayo clínico que sea adecuado para ti. También puedes encontrar más información sobre cómo participar en estudios de investigación a través de la American Liver Foundation y ClinicalTrials.gov.
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