¿Qué es la diabetes tipo 1?
La diabetes tipo 1 es una enfermedad en la que tu sistema inmunológico destruye las células que producen insulina (células beta) en tu páncreas. Esto significa que tu cuerpo no puede producir suficiente o no produce nada de insulina.
La insulina es una hormona que ayuda a trasladar la glucosa (azúcar) de tu sangre a tus células para que pueda ser utilizada como energía.
Como la diabetes tipo 1 a menudo se diagnostica en niños y adultos jóvenes, solía llamarse diabetes juvenil. En el pasado, también se la conocía como diabetes insulinodependiente.
¿Las personas nacen con diabetes tipo 1?
Puedes desarrollarla a cualquier edad. De hecho, la mitad de las personas diagnosticadas actualmente con diabetes tipo 1 son adultos.
Diabetes tipo 1 vs. diabetes secundaria
Una enfermedad llamada diabetes secundaria es similar a la tipo 1, pero las células que producen insulina son destruidas por otra condición de salud o por una lesión en el páncreas, en lugar de ser atacadas por el sistema inmunológico.
Diabetes tipo 1 vs. diabetes tipo 2
Si tienes diabetes tipo 1, tu cuerpo no produce suficiente insulina. En el caso de esta enfermedad, hay una deficiencia absoluta de insulina; implica la destrucción autoinmune de las células en el páncreas que producen insulina. Con la diabetes tipo 2, tu cuerpo sí puede producir insulina, a veces incluso en exceso, pero no la utiliza adecuadamente. No es una enfermedad autoinmune. Las células en tus músculos, grasa e hígado desarrollan resistencia a la insulina.
Con la diabetes tipo 1, necesitas usar insulina sintética todos los días para que tu cuerpo pueda funcionar. Pero no todas las personas con diabetes tipo 2 la necesitan, ya que otros medicamentos pueden ayudar a controlar la enfermedad.
Sin importar el tipo de diabetes que tengas, necesitarás vigilar de cerca tus hábitos diarios, como la alimentación y la actividad física, para mantenerte saludable.
Síntomas de la diabetes tipo 1
Los síntomas pueden aparecer rápidamente, especialmente en los niños. En adultos con diabetes tipo 1, el inicio de los síntomas es más variable y pueden no presentar los síntomas clásicos, los cuales incluyen:
- Sed extrema
- Aumento del hambre (especialmente después de comer)
- Boca seca
- Malestar estomacal y vómitos
- Micción frecuente
- Pérdida de peso inexplicada (a pesar de comer y tener hambre con frecuencia)
- Sentirse cansado o débil sin razón
- Cambios en la visión
- Respiración pesada y laboriosa (tu médico puede llamar a esto respiración de Kussmaul)
- Infecciones repetidas en la piel, las vías urinarias o la vagina
- Cambios de humor
Síntomas de aparición tardía de la diabetes tipo 1
Se está investigando más sobre lo que se llama Diabetes Autoinmune Latente en Adultos (LADA, por sus siglas en inglés). Algunas personas se refieren a ella como "diabetes 1.5" o “diabetes uno y medio” porque comparte características con la diabetes tipo 1 y tipo 2.
Los síntomas de LADA pueden desarrollarse lentamente, lo que dificulta su diagnóstico, especialmente porque las personas que la padecen suelen tener un peso saludable y están en un rango de edad de entre 30 y 50 años.
Diabetes tipo 1 en Niños
Tu hijo tiene un mayor riesgo de diabetes tipo 1 si:
- Tiene entre 4-6 años o entre 10-14 años
- Otro miembro de la familia también tiene la enfermedad
Si tu hijo corre un mayor riesgo, es importante hablar sobre una revisión con tu proveedor de salud. La detección temprana puede ayudar a manejar la enfermedad de manera más efectiva. Un examen puede incluir medir los niveles de azúcar en sangre u otras evaluaciones que el médico recomiende. Es esencial llevar un seguimiento regular, en especial si tu hijo tiene algún síntoma de diabetes o existe un historial familiar de la enfermedad.
Síntomas de diabetes tipo 1 en niños
Las señales son las mismas que en los adultos, pero también podrías notar:
- Más cambios de pañal en un bebé
- Sarpullido del pañal que no mejora con el tratamiento
- Mojar la cama en niños que ya aprendieron a no hacerlo
- Respiración rápida
- Dolor en el estómago
- Vómitos
- Cambios en el comportamiento
- Aliento con olor a fruta
En algunos bebés o niños, la diabetes tipo 1 también puede parecerse a la gripe.
Si notas alguno de estos síntomas, lleva a tu hijo al médico
Causas de la diabetes tipo 1
Los expertos no están seguros de por qué el páncreas deja de producir insulina. Se cree que tanto la genética como el sistema inmunológico desempeñan roles importantes.
¿La diabetes tipo 1 es genética?
En cierto grado, sí.
- Si eres hombre asignado al nacer (AMAB, por sus siglas en inglés) y tienes diabetes tipo 1, hay una probabilidad de 1 en 17 de que tu hijo también la tenga.
- Si eres mujer asignada al nacer (AFAB, por sus siglas en inglés) y tienes diabetes tipo 1, el riesgo para tu hijo es de 1 en 25 si nació antes de que cumplas 25 años, y de 1 en 100 si nació después de cumplir 25.
- Si tanto tú como tu pareja tienen diabetes tipo 1, la probabilidad de que tu hijo también la tenga podría ser tan alta como de 1 en 4.
Una vez que heredas genes que te ponen en riesgo de desarrollar diabetes tipo 1, parece ser necesario un desencadenante ambiental, como una infección, un virus o un trastorno autoinmunitario, para "activarlos".
Cuando los científicos analizan la sangre de personas con diabetes tipo 1, pueden observar proteínas especiales que muestran que su sistema inmunológico está atacando su páncreas.
Factores de riesgo de la diabetes tipo 1
Solo alrededor del 5 al 10% de las personas con diabetes tienen el tipo 1. Los factores de riesgo para la diabetes tipo 1 no son tan claros como los de la diabetes tipo 2.
Hasta ahora, los expertos solo saben que tienes más probabilidades de desarrollarla si:
- Tienes menos de 20 años
- Eres de raza blanca
- Tu padre, madre o hermanos tienen diabetes tipo 1
- Tienes sobrepeso
Diagnóstico de la diabetes tipo 1
Si tu médico sospecha que tienes diabetes tipo 1, revisará tus niveles de azúcar en sangre. Esto se puede hacer de varias maneras distintas.
Prueba de A1c. También conocida como prueba de hemoglobina glicosilada, esta evaluación mide tu promedio de azúcar en sangre de los últimos 3 meses con una muestra pequeña de sangre. Lo hace al contar la cantidad de células de hemoglobina (glóbulos rojos) cubiertas de glucosa.
Si los resultados de tu prueba de A1c son de un 6.5% o más, volverás a tomarla. Si tienes el mismo resultado o uno más alto, es probable que tengas diabetes.
Esta prueba podría no darte un resultado correcto si tienes alguna de las siguientes condiciones:
- Embarazo
- Insuficiencia renal
- Enfermedad hepática
- Anemia severa
- Pérdida de sangre
- Algunos trastornos de la sangre, como anemia de células falciformes
- Medicamentos en tu sistema, como fármacos para el VIH
Si eres de ascendencia africana, mediterránea o del sudeste asiático, podrías tener un tipo diferente de hemoglobina (llamado variante de hemoglobina) que puede alterar el resultado de tu prueba de A1c. Informa a tu médico si alguno de estos factores se aplica a ti. En ese caso, pueden medir tu nivel de azúcar en sangre de otras formas, como:
Prueba de azúcar en sangre en ayunas. En esta prueba, se toma una muestra de sangre después de no haber comido durante la noche. Un resultado de 126 miligramos por decilitro (mg/dL) o más en dos pruebas separadas indica diabetes.
Prueba aleatoria de azúcar en sangre. Tu glucosa en sangre también se puede medir en cualquier momento del día. Independientemente de si has comido recientemente, un resultado de 200 mg/dL o más indica diabetes.
Prueba de diabetes tipo 1
Las pruebas anteriores pueden mostrar si tienes diabetes, pero no pueden determinar el tipo. Para saber si tienes diabetes tipo 1 o tipo 2, tu médico buscará:
Autoanticuerpos. Estas son proteínas del sistema inmunitario que atacan células sanas, como las células beta de tu páncreas que producen insulina. Si tienes diabetes tipo 1 o estás en riesgo, aparecerán en una muestra de sangre.
Cetonas. Cuando tienes diabetes tipo 1, tu cuerpo depende de ácidos —llamados cetonas— como combustible porque no tiene suficiente glucosa para usar. Una prueba de orina puede detectarlas.
Desigualdades en la salud relacionadas con la diabetes tipo 1
En Estados Unidos, la diabetes tipo 1 está en aumento. Las comunidades hispanas y negras se ven más afectadas que otras. Por ejemplo, según estudios, si tienes piel morena o negra, controlar tu glucosa en sangre después del diagnóstico es un desafío mayor. Los niños negros con diabetes tipo 1 también tienen mayor riesgo de depresión, complicaciones de la diabetes y hospitalizaciones.
El racismo estructural desempeña un papel importante en esta desigualdad. Muchas leyes y políticas de larga data discriminan a las personas de color. Lo mismo ocurre con sistemas como el de salud.
Evaluación y diagnóstico de las etapas de la diabetes tipo 1, tipo 2 y tipo 3
La evaluación temprana para detectar la diabetes es esencial para una intervención oportuna. En el caso de la diabetes tipo 1 (DT1), que por lo general se desarrolla rápidamente, no hay exámenes rutinarios para la población general, pero los niños con alto riesgo (como aquellos con antecedentes familiares) pueden beneficiarse de pruebas tempranas.
Hasta un 40 % de personas no saben que tiene diabetes tipo 1 hasta que tienen un evento potentialmente mortal que requiere hospitalizacion. Las pruebas diagnósticas comunes incluyen pruebas aleatorias de glucosa en sangre, pruebas de glucosa en ayunas y pruebas de A1c. El diagnóstico se confirma si los niveles de azúcar en sangre cumplen con los criterios de diabetes.
A diferencia de una prueba de azúcar en sangre, un análisis de autoanticuerpos detecta proteínas, relacionadas con la diabetes tipo 1, incluso en etapas iniciales y sin síntomas. Esto permite intervenciones para ralentizar la progresión de la enfermedad.
Para la diabetes tipo 2 (DT2), se recomienda realizar exámenes regulares en adultos a partir de los 45 años, o antes si hay factores de riesgo, como obesidad o antecedentes familiares de diabetes. Las pruebas de detección incluyen glucosa en ayunas, la prueba oral de tolerancia a la glucosa (OGTT) y pruebas de A1c. La prediabetes, una etapa en la que el nivel de azúcar en sangre está elevado, pero aún no alcanza niveles diabéticos, puede detectarse, lo que permite intervenciones que podrían prevenir o retrasar la progresión a DT2.
Tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 pueden progresar por etapas. En la prediabetes, los niveles de azúcar en sangre son más altos de lo normal pero no alcanzan el rango diabético, lo que ofrece una oportunidad para realizar cambios en el estilo de vida. A medida que la enfermedad avanza, la producción de insulina puede volverse insuficiente (tipo 1) o la resistencia a la insulina del cuerpo puede empeorar (tipo 2), lo cual requiere medicamentos o terapia con insulina para controlar los niveles de azúcar en sangre.
Tratamiento para la diabetes tipo 1
Puedes vivir una vida larga y saludable con un diagnóstico de diabetes tipo 1; vigilar tus niveles de azúcar en sangre será la clave para ello. Tu médico te indicará el rango objetivo de azúcar en sangre y tomar decisiones saludables todos los días te ayudará a permanecer en este rango. También es importante reconocer los síntomas de niveles muy altos o bajos de azúcar en sangre y cómo tratarlos.
Medicamentos para la diabetes tipo 1
También necesitarás usar insulina todos los días.
Cuando tu médico mencione la insulina, hablará de tres aspectos principales:
- "Inicio": cuánto tiempo tarda en llegar a tu torrente sanguíneo y comenzar a reducir tu nivel de azúcar en sangre.
- "Pico": el momento en que la insulina tiene el mayor efecto en la reducción del azúcar en sangre.
- "Duración": cuánto tiempo sigue funcionando después del inicio.
Existen varios tipos de insulina:
- Insulina de acción rápida: comienza a funcionar en unos 15 minutos, alcanza su pico aproximadamente 1 hora después de administrarla y sigue funcionando durante 2-4 horas.
- Insulina regular o de acción corta: empieza a actuar en unos 30 minutos; alcanza su pico entre 2 y 3 horas y sigue funcionando durante 3-6 horas.
- Insulina de acción intermedia: tarda entre 2 y 4 horas en entrar en el torrente sanguíneo, alcanza su pico entre 4 y 12 horas y sigue funcionando durante 12-18 horas.
- Insulina de acción prolongada: tarda varias horas en entrar en tu sistema y tiene aproximadamente 24 horas de duración.
Formas de administrar insulina
La insulina no tiene presentación en forma de pastilla, por lo que tendrás que usar otros métodos para introducirla en tu cuerpo:
Inyecciones de insulina: la mayoría de las inyecciones de insulina vienen en un pequeño frasco de vidrio llamado vial. Se extrae con una jeringa que tiene una aguja en el extremo para administrarse la inyección. Algunas insulinas vienen en un bolígrafo prellenado.
Insulina inhalada: tu médico puede recetar una insulina de acción rápida que inhalas por la boca usando un pequeño dispositivo. No es recomendable usar este tipo de insulina si fumas o tienes problemas pulmonares como asma.
Bomba de insulina: este dispositivo, que se lleva puesto, envía pequeñas dosis de insulina a tu cuerpo durante el día a través de un pequeño tubo justo debajo de la piel.
Tu médico te ayudará a elegir el tipo de insulina y el método de administración más adecuado para ti.
Monitoreo continuo de la glucosa
Controlar tu nivel de azúcar en sangre a lo largo del día te ayudará a asegurarte de que se mantenga dentro de tu rango objetivo. Puedes pincharte el dedo y usar un medidor de glucosa en sangre para realizar la prueba de la muestra, pero muchas personas prefieren usar un monitor continuo de glucosa (MCG).
Con un sensor justo debajo de la piel, este dispositivo puede medir tu nivel de glucosa cada pocos minutos. La mayoría de los modelos te alertan si los niveles son demasiado altos o bajos, lo que permite tratarlos de inmediato.
Otros medicamentos para la diabetes tipo 1
Dependiendo de tu salud, tu médico también podría recetar:
- Aspirina, para reducir el riesgo de eventos cardíacos.
- Medicamentos para reducir el colesterol, para proteger tu corazón.
- Medicamentos para la presión arterial alta, para mejorar la función de tus riñones.
Vivir con diabetes tipo 1
Para sentirte lo mejor posible, intenta:
Dormir lo suficiente. Puede mejorar tu nivel de azúcar en sangre y tu estado de ánimo. Si puedes, duerme al menos 7 horas cada noche. Los bebés, los niños y los adolescentes necesitarán incluso más.
Controlar tu estrés. Es muy común sentirse enojado o abrumado por tener diabetes tipo 1. Busca formas saludables de reducir tu estrés. Habla con amigos y familiares de confianza o pide a tu médico que te derive a un consejero o terapeuta.
Dejar de fumar. También deberías dejar de vapear y mascar tabaco. Todos estos hábitos estrechan los vasos sanguíneos y te exponen a otros problemas de salud. Habla con tu médico si no estás seguro de cómo dejar de fumar.
Visitar al médico con regularidad. Las revisiones médicas, dentales y oftalmológicas periódicas pueden ayudarte a prevenir problemas o a tratarlos en cuanto se detecten.
Buscar formas de mantenerte activo. Intenta encontrar una actividad física que te guste. Incluso cuidar de tu jardín cuenta. Habla con tu médico sobre cómo equilibrar tu dosis de insulina y los alimentos que consumes con cualquier actividad que realices.
Dieta para la diabetes tipo 1
Una vez que sepas cómo afectan los carbohidratos, las grasas y las proteínas a tu nivel de azúcar en sangre, podrás elaborar un plan de alimentación saludable que te ayude a mantener tus niveles donde deberían estar. En general, te centrarás en comer muchas verduras, frutas y cereales integrales ricos en nutrientes y reducirás los carbohidratos refinados, como el pan blanco o la pasta, que elevan rápidamente el nivel de azúcar en sangre.
Ningún alimento está prohibido, pero tendrás que limitar algunos o disfrutar de raciones más pequeñas que antes.
Un educador en diabetes o un dietista titulado pueden ayudarte a aprender a contar los carbohidratos en cada comida y refrigerio. Si no sabes cómo ponerte en contacto con estos expertos, pregunta a tu médico.
Complicaciones de la diabetes tipo 1
Si el nivel de azúcar en sangre no está bien controlado, puede dar lugar a otros problemas de salud, entre ellos:
Cetoacidosis diabética (CAD). Si el organismo no puede obtener suficiente glucosa como combustible, descompone las células grasas. Esto crea unas sustancias químicas llamadas cetonas. El hígado libera el azúcar que almacena para ayudar. Pero el organismo no puede utilizarlo sin insulina, por lo que se acumula en la sangre junto con las cetonas ácidas. Esta mezcla de exceso de glucosa, deshidratación y acumulación de ácido se conoce como cetoacidosis y puede poner en peligro la vida si no se trata de inmediato.
Cardiopatías. La diabetes puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, hipertensión y colesterol. Todo ello puede provocar dolor torácico, ataques cardíacos, derrames cerebrales o insuficiencia cardiaca.
Afecciones de la piel. Es más probable que aparezcan ampollas y erupciones cutáneas, así como infecciones bacterianas o fúngicas.
Enfermedad de las encías. La sequedad de boca, el aumento de la placa y un flujo sanguíneo deficiente pueden causar problemas bucales.
Complicaciones en el embarazo. La diabetes tipo 1 aumenta el riesgo de parto prematuro, malformaciones congénitas, muerte fetal y preeclampsia.
Retinopatía. Este problema ocular afecta al 80 % de los adultos que han padecido diabetes tipo 1 durante más de 15 años. Para prevenirla y conservar la vista, hay que controlar el azúcar en sangre, la tensión arterial, el colesterol y los triglicéridos.
Daños renales. Alrededor del 20 al 30 % de las personas con diabetes tipo 1 padecen una enfermedad denominada nefropatía. La probabilidad de padecerla aumenta con el tiempo. Es más probable que aparezca entre 15 y 25 años después del inicio de la diabetes. Puede provocar otros problemas graves, como insuficiencia renal y cardiopatías.
Flujo sanguíneo deficiente y daño nervioso. Los nervios dañados y las arterias endurecidas provocan pérdida de sensibilidad y falta de riego sanguíneo en los pies. Esto aumenta las probabilidades de sufrir lesiones y dificulta la curación de llagas y heridas abiertas. Cuando esto ocurre, puedes perder una extremidad. Las lesiones nerviosas también pueden causar problemas digestivos, como náuseas, vómitos y diarrea.
La cura de la diabetes tipo 1
Entre los nuevos tratamientos en los que se está trabajando se incluyen:
Control de la glucosa sin pinchazos. Esto está resultando todo un reto para los científicos.
Monitor continuo de cetonas (CKM, por sus siglas en inglés). Al igual que el MCG, este dispositivo portátil llevaría un control del líquido que hay entre las células.
Insulina de acción prolongada. Por ejemplo, un tipo de insulina mantendría constante la glucosa en sangre durante una semana.
Inmunoterapia: Algunos expertos trabajan en “desactivar” el sistema inmunitario para detener el ataque a las células pancreáticas que producen insulina. Tratamientos como Tzield buscan, en la etapa 2 de la diabetes tipo 1, preservar la producción de insulina al actuar sobre las células inmunitarias, ralentizando la progresión de la enfermedad y retrasando la dependencia de la insulina intensiva.
Células beta “nuevas”. Un estudio australiano en fase inicial consiguió que células madre pancreáticas produjeran insulina. Si las pruebas dan resultado, algún día podrían tratarse las células restantes del páncreas para que vuelvan a producir insulina.
Mantente al día de las nuevas investigaciones sobre la diabetes tipo 1 a través de una organización de confianza como los CDC o la Asociación Americana de la Diabetes.
Puntos clave
La diabetes tipo 1 es una enfermedad para toda la vida. El diagnóstico puede resultar abrumador, pero puedes aprender a controlar el nivel de azúcar en sangre. La clave está en tomar decisiones saludables cada día.