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Síndrome de desgaste por SIDA

Revisado Por Melinda Ratini, MS, DO and Diane Perez, MD en diciembre 05 del 2024
4 minutos de lectura

El síndrome de desgaste por SIDA no es una enfermedad específica. Se dice que alguien con SIDA lo tiene cuando ha perdido al menos el 10 % de su peso corporal, especialmente grasa y músculo. También puede haber tenido diarrea durante al menos un mes o debilidad extrema que no está relacionada con una infección.

No lo entendemos del todo, pero gracias a la terapia antirretroviral (TAR) y los medicamentos para el tratamiento del VIH, ya no ocurre con tanta frecuencia. Aun así, es una amenaza considerable para los pacientes con SIDA, ya que aumenta las probabilidades de infecciones oportunistas, demencia y muerte. Incluso una pérdida de peso del 5 % puede aumentar los riesgos de complicaciones.

Mantente al tanto de tu peso y aliméntate bien, incluso cuando no tengas hambre. Llama a tu médico si pierdes peso repentinamente, tienes diarrea severa o desarrollas una infección que afecta tu estómago o intestinos.

Lo más importante es seguir tomando tu medicamento contra el VIH y asistir regularmente a tus citas médicas.

La causa principal del síndrome de desgaste es no tomar los medicamentos de la terapia antirretroviral, así que no te saltes ninguna dosis.

Es posible que no estés comiendo lo suficiente para proporcionar a tu cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar.

Cuando tienes VIH, especialmente si no estás tomando terapia TAR, quemas calorías rápido. Esto puede deberse a que tu sistema inmunológico trabaja intensamente o porque el VIH ha afectado las hormonas que controlan tu metabolismo. Sea cual sea la razón, necesitarás más calorías para mantener tu peso, lo que tal vez represente un desafío porque el VIH puede reducir tu apetito.

Otros factores que podrían disminuir tu apetito y causar pérdida de peso:

  • Efectos secundarios de los medicamentos, como náuseas, cambios en sentido del gusto o sensación de hormigueo en la boca
  • Síntomas de infecciones oportunistas, como dolor de garganta o malestar estomacal
  • Falta de energía
  • Depresión

En algunos casos, tu cuerpo podría no estar absorbiendo los nutrientes que sí consumes. El VIH puede dañar el revestimiento de tus intestinos o podrías tener una infección que interfiera. La diarrea también es un efecto secundario de algunos medicamentos.

Las personas con VIH suelen tener altos niveles de citocinas, lo que provoca que el cuerpo produzca más grasas y azúcares, pero menos proteínas, que son componentes esenciales de los músculos.

Tu médico evaluará el estado de tu infección por VIH: si estás tomando la TAR, tu carga viral y el recuento de CD4. Si el virus no está controlado y tienes un recuento bajo de CD4 (SIDA), realizará pruebas para buscar infecciones oportunistas.

Tu médico también te hará preguntas sobre la pérdida de peso y otros síntomas, tu dieta, los medicamentos que tomas y tu estado de ánimo reciente.

Si tu médico necesita analizar los tejidos de tu cuerpo, puede realizarte una prueba de composición corporal. Un ejemplo de estas pruebas es el análisis de impedancia bioeléctrica (BIA, por sus siglas en inglés). Mientras estás acostado, se mide la eficacia con la que una señal eléctrica (que no duele) viaja a través de tu cuerpo. Es importante que esta prueba se realice en un lugar con experiencia con el síndrome de desgaste por SIDA.

También podrían necesitarse pruebas para determinar si tienes problemas para absorber nutrientes.

Acetato de megestrol (Megace ES), un estimulante del apetito. Sin embargo, algunos médicos no lo recomiendan porque puede aumentar la grasa corporal y ralentizar la liberación de hormonas sexuales.

La marihuana es legal para usos médicos en algunos estados. Puede estimular el apetito, aliviar las náuseas y reducir el dolor. No obstante, fumarla puede causar problemas respiratorios como bronquitis.

Dronabinol (Marinol), una forma sintética de un ingrediente activo de la marihuana, tiene efectos similares a los de la marihuana y puede mejorar el estado de ánimo y estabilizar el peso, aunque las aseguradoras a menudo no lo cubren.

Tu médico puede ajustar tus medicamentos de la TAR para evitar o aliviar la diarrea y tratar cualquier infección oportunista que afecte tus intestinos.

Los cambios en la dieta también pueden prevenir y aliviar la diarrea. Limita las grasas, la lactosa (en los productos lácteos) y la fibra insoluble que se encuentra principalmente en los cereales integrales y algunas verduras. Come más fibra soluble procedente del salvado de avena, los frutos secos, las lentejas y los frijoles, y algunas frutas y verduras. Evita la cafeína, el alcohol y los dulces con alto contenido de azúcar.

Los suplementos nutricionales (como Advera y Ensure) pueden ayudarte si no ingieres suficientes nutrientes.

Somatropina (Serostim y otras marcas): Una hormona de crecimiento humano que ayuda a ganar peso y masa corporal magra. Está aprobada por Medicaid, pero es costosa y puede causar niveles altos de azúcar en la sangre, además de dolor muscular y articular.

Entrenamiento de resistencia progresiva: Puede ayudarte a desarrollar masa corporal magra. Cuando te ejercitas, puedes aumentar gradualmente el peso, las repeticiones o las series en tus ejercicios para mejorar tu fuerza.

Testosterona y esteroides anabólicos: Pueden ayudar a desarrollar músculo, aunque dado que están vinculados con las hormonas sexuales, pueden causar infertilidad masculina, períodos irregulares e incluso reducir el colesterol bueno (HDL).

Talidomida (Thalomid): Reduce los niveles de citoquinas, pero puede causar debilidad muscular y sensaciones de hormigueo o ardor en los brazos o las piernas.

Este contenido se publicó originalmente en inglés y se tradujo con el uso de varias herramientas editoriales, incluidas la inteligencia artificial, como parte del proceso. Un equipo de editores de salud de WebMD y de profesionales médicos revisó el contenido antes de su publicación.