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Tratamientos complementarios y alternativos para el VIH y el SIDA

Revisado Por Melinda Ratini, MS, DO and Elmer Huerta, MD, MPH en diciembre 05 del 2024
3 minutos de lectura

Muchas personas que viven con VIH/SIDA utilizan terapias complementarias para ayudar a manejar su salud. Estos métodos no reemplazan la atención médica estándar, pero pueden ayudarte a sentirte mejor. Aquí hay información más detallada de algunos tratamientos complementarios comunes para el VIH/SIDA y lo que revela la investigación científica sobre ellos.

Masajes: los masajes tienen una larga historia en las culturas orientales y occidentales como método de alivio del dolor. Aunque no hay mucha investigación específica sobre el VIH/SIDA, algunos estudios pequeños sugieren que podrían aliviar la depresión y la ansiedad. Si te ayudan a relajarte y sentirte mejor, eso ya es un beneficio. Los masajes podrían ser más efectivos si se combinan con otras terapias como la meditación y el manejo del estrés.

Yoga: la investigación muestra que el yoga, que incluye posturas distintas, rutinas de respiración y meditación, podría beneficiar a las personas que viven con VIH/SIDA al reducir la presión arterial, el dolor y la ansiedad. Seguir una práctica constante podría mantener esos beneficios a largo plazo.

Meditación y otras terapias de atención plena: varios estudios han analizado los beneficios de la meditación para una amplia variedad de condiciones de salud. Estas prácticas se centran en el vínculo entre la mente, el cuerpo y el comportamiento para mejorar tu salud y bienestar. En el caso del VIH/SIDA, los científicos han descubierto que la meditación y otras técnicas de atención plena, como repetir mantras, podrían reducir el estrés, fomentar la felicidad y ayudarte a controlar mejor el enojo y los conflictos.

Cannabis y cannabinoides: la FDA no ha aprobado la planta de cannabis para tratar ninguna afección médica, pero sí ha aprobado ciertos medicamentos recetados a base de cannabinoides, una clase de sustancias presentes en la planta de cannabis, que incluyen THC y cannabidiol (CBD).

Uno de estos medicamentos es el dronabinol (Marinol, Syndros), una forma sintética de THC. Las personas que viven con VIH/SIDA y otras enfermedades podrían usarlo para tratar la pérdida de apetito y aumentar de peso. Sin embargo, no hay suficiente evidencia científica sólida que demuestre que el cannabis y los cannabinoides sean efectivos y seguros para este propósito. Los estudios realizados hasta ahora han sido pequeños y de corta duración.

Aunque las personas con VIH/SIDA pueden usar suplementos herbales y dietéticos, los investigadores han encontrado que algunos no ayudan a tratar la enfermedad e incluso podrían ser dañinos:

  • La hierba de San Juan probablemente no beneficia a las personas que viven con VIH.
  • SAMe (S-adenosil-L-metionina) podría fomentar infecciones por Pneumocystis en las personas con VIH.
  • Los suplementos de ajo podrían interferir con la eficacia de algunos medicamentos contra el VIH.
  • La uña de gato no ha sido estudiada ampliamente para tratar condiciones de salud.

Los fabricantes de suplementos no tienen que demostrar a la FDA que un producto es seguro y efectivo antes de venderlo. Antes de probar un suplemento, habla con tu médico para asegurarte de que sea seguro y que no afecte los medicamentos que ya estás tomando. También es importante continuar con tus medicamentos para el VIH junto con cualquier tratamiento complementario.

Ten cuidado con los llamados tratamientos para el VIH/SIDA que afirman ser “curas milagrosas”, como dispositivos eléctricos y magnéticos o remedios herbales. Es mejor investigar todo posible tratamiento y consultar a tu médico sobre su seguridad.

Este contenido se publicó originalmente en inglés y se tradujo con el uso de varias herramientas editoriales, incluidas la inteligencia artificial, como parte del proceso. Un equipo de editores de salud de WebMD y de profesionales médicos revisó el contenido antes de su publicación.