photo of doctor patient consultation

¿Qué es una enfermedad hepática?

Una enfermedad del hígado (o hepática) es cualquier afección que afecta directamente a este órgano. A diferencia de la insuficiencia hepática aguda, que ocurre repentinamente, las enfermedades del hígado progresan lentamente con el tiempo.

Algunas enfermedades, como la hepatitis C, pueden curarse. Otras, como la cirrosis hepática, no tienen cura, pero ciertos tratamientos pueden retrasar su avance. Si no se recibe tratamiento, la enfermedad hepática puede conducir a la insuficiencia hepática y al cáncer de hígado.

El hígado es un órgano esencial para el cuerpo. Convierte nutrientes en químicos necesarios para el organismo, filtra toxinas y además transforma los alimentos en energía. Cuando no funciona correctamente, todo el cuerpo puede verse afectado.

¿Dónde se encuentra el hígado?

En un adulto, el hígado sano tiene aproximadamente el tamaño de un balón de fútbol y está ubicado en el lado derecho del abdomen, justo debajo de las costillas. Si está inflamado, el médico podría detectarlo al presionar el abdomen.

¿Qué tan común es la enfermedad hepática?

Las enfermedades hepáticas son frecuentes en Estados Unidos. Las enfermedades del hígado son la novena causa de muerte en EE.UU. (más de 55,000 muertes al año). Esta enfermedad también afecta a algunos grupos étnicos y raciales más que a otros. Por ejemplo, los hombres negros tienen un 60 % más de probabilidades de desarrollar y morir a causa de cáncer relacionado con el hígado en comparación con los hombres blancos no hispanos. Las mujeres negras también tienen tasas más altas de cáncer relacionado con el hígado, y muertes por este, en comparación con las mujeres blancas no hispanas (son un 30% más propensas).

Tipos de enfermedades hepáticas

Existen varios tipos de enfermedades hepáticas. Algunas son genéticas (se padecen desde el nacimiento), mientras que otras son causadas por virus, otras enfermedades o toxinas, como medicamentos o alcohol.

Hepatitis

Hepatitis significa inflamación del hígado. Hay varios tipos de hepatitis, tres de los cuales son causados por virus.

Hepatitis A. En el 2022, alrededor de 4,500 personas en EE.UU. contrajeron hepatitis A. Se transmite de persona a persona a través del contacto íntimo, el uso de drogas inyectadas o al compartir comida o bebidas. La mayoría de las personas la adquiere al consumir alimentos o bebidas contaminadas con materia fecal. Puede propagarse fácilmente en lugares con demasiadas personas o en condiciones insalubres, como después de inundaciones u otros desastres naturales donde hay exposición a aguas residuales. Es posible que no se presenten síntomas. Generalmente desaparece por sí sola en un plazo de 6 meses sin causar daños permanentes.

Hepatitis B. Entre 850,000 y 2.2 millones de personas en EE.UU. tienen hepatitis B. Esta se adquiere de otra persona, como a través de relaciones sexuales sin protección o el uso de agujas compartidas. Si dura más de 6 meses, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de hígado u otras enfermedades. Si tienes hepatitis B, puedes transmitirla a tu bebé al nacer.

Hepatitis C. Se estima que entre 2.7 y 3.9 millones de personas en EE.UU. podrían tener hepatitis C, y hay alrededor de 17,000 casos nuevos cada año. Este virus se transmite a través de sangre infectada que entra en tu sistema. Puedes adquirirlo al usar agujas compartidas o en conexión con el VIH. Si trabajas en el sector de salud, podrías infectarte a través de una aguja contaminada que te pinche accidentalmente. Los síntomas pueden tardar muchos años en aparecer. Los CDC recomiendan que toda persona de 18 años o más se realice al menos una prueba de hepatitis C. Si corres un alto riesgo, podrías necesitar pruebas frecuentes.

Hepatitis autoinmune. A diferencia de las hepatitis A, B y C, la hepatitis autoinmune es causada por tu propio sistema inmunológico, que comienza a atacar las células del hígado, lo que causa daño. Puede llevar a otros trastornos e incluso a la insuficiencia hepática. Afecta más a niñas y mujeres que a niños y hombres. Los médicos no están seguros de cuántas personas tienen esta condición en EE.UU.

Enfermedad hepática asociada al alcohol

La enfermedad hepática asociada al alcohol es un término general para las enfermedades hepáticas causadas por el consumo excesivo de alcohol. Es más común en personas que beben mucho durante mucho tiempo, pero no se necesita ser dependiente del alcohol para desarrollarla. También puedes contraer esta enfermedad si consumes una gran cantidad de alcohol en poco tiempo, lo que se conoce como "atracón".

Esteatosis asociada al alcohol. Esta es la etapa más temprana de la enfermedad hepática asociada al alcohol. Tu hígado descompone el alcohol, pero si bebes demasiado, especialmente durante largos períodos, las células del hígado se dañan. Mientras más alcohol consumas, más daño sufrirá tu hígado.

Hepatitis asociada al alcohol. Si tienes esteatosis asociada al alcohol y continúas bebiendo, puedes desarrollar hepatitis asociada al alcohol. Este tipo de hepatitis daña las células hepáticas y causa inflamación. Si se detecta a tiempo, puede revertirse si dejas de beber alcohol.

Cirrosis asociada al alcohol. Es la etapa más grave de la enfermedad hepática asociada al alcohol. En esta fase, el tejido cicatricial se forma en el hígado, lo que dificulta su funcionamiento correcto.

Enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD)

Esta enfermedad solía llamarse enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), y ocurre cuando hay demasiada grasa en el hígado. Este exceso de grasa puede inflamar el órgano. La MASLD puede progresar a esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH, por sus siglas en inglés). Esto significa que tienes inflamación y daño en las células del hígado, además de grasa, y puede causar cicatrización en el hígado y llevar a otros problemas, como la cirrosis.

Colangitis biliar primaria

La colangitis biliar primaria ataca los pequeños conductos en el hígado llamados conductos biliares, que transportan bilis, un químico que ayuda a digerir los alimentos. Cuando estos conductos se dañan, la bilis se acumula dentro del hígado y lo cicatriza. Esta afección es más común en mujeres que en hombres.

Colangitis esclerosante primaria

La colangitis esclerosante primaria cicatriza los conductos biliares y eventualmente puede bloquearlos. Esto hace que la bilis se acumule dentro del hígado, lo que dificulta su función. Puede llevar al cáncer de hígado, y en algunos casos, requerir un trasplante de hígado. Los hombres son más propensos que las mujeres a desarrollar esta enfermedad.

Cáncer de hígado

El cáncer de hígado que se origina en este órgano afecta más a los hombres que a las mujeres y a las personas negras más que a las blancas. Los médicos suelen llamarlo carcinoma hepatocelular. Es más probable si tienes hepatitis o consumes mucho alcohol.

El cáncer de los conductos biliares afecta los tubos que transportan la bilis —el líquido que ayuda a digerir la comida— desde el hígado hasta el intestino delgado. Este tipo de cáncer es raro y afecta principalmente a personas mayores de 50 años.

El adenoma de células hepáticas es un tumor no canceroso poco común. Las mujeres que toman anticonceptivos durante mucho tiempo tienen más probabilidades de desarrollarlo. Existe una pequeña posibilidad de que este tumor se convierta en cáncer.

Síntomas de la enfermedad hepática

La enfermedad hepática a menudo se detecta solo después de que ha progresado. Generalmente, no hay síntomas en las primeras etapas. Sin embargo, a veces los problemas con el hígado se descubren por accidente durante análisis de sangre de rutina o pruebas realizadas para diagnosticar otra cuestión. Estudios como tomografías computarizadas, realizadas para evaluar otros órganos como los riñones, podrían mostrar un hígado graso o incluso cicatrices.

Cuando la enfermedad empeora, podrías presentar:

  • Ictericia (color amarillo en los ojos y la piel)
  • Dolor abdominal
  • Hinchazón en el abdomen (ascitis)
  • Hinchazón en las piernas y los tobillos
  • Orina oscura
  • Heces de color claro
  • Falta de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Aparición frecuente y fácil de moretones en la piel

¿Se puede revertir la enfermedad hepática?

Si se detecta lo suficientemente temprano, antes de que ocurra la cirrosis, la enfermedad hepática a menudo puede revertirse. El hígado es un órgano único que puede reparar el daño celular, siempre y cuando este no sea demasiado grave.

Expectativa de vida con enfermedad del hígado graso

Tanto en el caso de la enfermedad del hígado graso alcohólica como la no alcohólica, hay una buena posibilidad de revertir el daño hepático y llevar una vida con una expectativa normal. Incluso quienes no pueden revertir el daño hepático pueden vivir muchos años.

Enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica: Alrededor de un tercio de las personas con esta enfermedad progresan a MASH (esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica), y muchas de estas avanzan a la cirrosis en etapa terminal.

Hígado graso alcohólico: Aproximadamente un tercio de las personas con esta condición que consumen alcohol en exceso progresan a cirrosis.

Enfermedades hepáticas en niños

La enfermedad hepática puede afectar tanto a niños como a adultos y puede ser causada por:

  • Virus
  • Enfermedades genéticas (heredadas)
  • Baja irrigación sanguínea al hígado, a menudo causada por enfermedades cardíacas
  • Obstrucción de los conductos biliares
  • Toxinas o medicamentos
  • Trastornos autoinmunes

Por lo general, los niños presentan los mismos síntomas que los adultos. Además, los niños con enfermedad hepática pueden sentirse muy cansados (fatigados) y, si la enfermedad empeora, volverse confundidos o irritables.

Si sospechas que tu hijo podría tener una enfermedad hepática, contacta a su médico de inmediato.

Causas de la enfermedad hepática

Existen varias causas de las enfermedades hepáticas, y cada tipo de enfermedad puede tener un origen diferente.

Infecciones

  • Hepatitis A
  • Hepatitis B
  • Hepatitis C

Toxinas

  • El abuso de alcohol puede causar cirrosis. También pueden provocarla la enfermedad del hígado graso no alcohólico y casos prolongados de hepatitis B y C.
  • Sobredosis de medicamentos. Consumir demasiado acetaminofén u otros medicamentos que se descomponen en el hígado pueden dañarlo. Asegúrate de seguir las instrucciones de dosificación en la etiqueta y ten en cuenta que el acetaminofén puede estar presente en varios de los otros medicamentos que tomas.

Otras enfermedades crónicas

  • Colesterol alto
  • Diabetes
  • Hipertensión arterial (presión alta)

Trastornos genéticos

Algunos trastornos hepáticos hereditarios solo ocurren si existen antecedentes familiares.

  • Hemocromatosis: Hace que tu cuerpo almacene demasiado hierro de los alimentos. Este se acumula en el hígado, el corazón u otros órganos. Puede llevar a condiciones graves como enfermedades hepáticas, cardíacas o diabetes.
  • Hiperoxaluria: Sucede cuando tu orina tiene demasiada cantidad de un químico llamado oxalato. Debido a una mutación genética, tu hígado produce demasiado oxalato, lo que puede causar cálculos renales y falla renal. Si tus riñones fallan, el oxalato puede acumularse en otros órganos y causar más problemas (oxalosis).
  • Enfermedad de Wilson: Hace que el cobre se acumule en el hígado y otros órganos. Sus primeros síntomas suelen aparecer entre los 6 y 35 años, generalmente en la adolescencia. Afecta no solo al hígado, sino que también puede causar problemas neurológicos y psiquiátricos.
  • Deficiencia de alfa-1 antitripsina: Se presenta cuando el hígado no produce suficiente de esta proteína, también conocida como AAT o alfa-1. La ATT desactiva otra proteína que ayuda a los pulmones a resistir infecciones, pero a altos niveles puede destruir el tejido saludable de los pulmones. Sin suficiente AAT, la proteína no sabe cuándo desactivarse y puede dañar los pulmones.

Otras posibles causas de enfermedad hepática incluyen:

  • Obesidad
  • Hipertensión arterial (presión alta)
  • Insuficiencia hepática aguda
  • Bloqueo de los conductos biliares que llevan al hígado
  • Enfermedades autoinmunes
  • Enfermedades cardíacas

Diagnóstico de enfermedades hepáticas

Si presentas síntomas de una enfermedad hepática, tu médico te pedirá información sobre tu historial médico, como si tienes diabetes, hipertensión arterial o colesterol alto, así como:

  • Cuánto alcohol consumes y con qué frecuencia
  • Qué medicamentos, suplementos o productos naturales tomas

Después de un examen físico, tu médico podría recomendarte algunas de estas pruebas:

  • Análisis de sangre: Conocidas como pruebas de función hepática, evalúan enzimas hepáticas, proteínas y otras sustancias que pueden indicar que el hígado no está funcionando correctamente.
  • Pruebas de imagen: Permiten que el médico observe tu hígado y detecte posibles daños. Estas pueden incluir un ultrasonido, una tomografía computarizada (CT) o resonancia magnética (MRI).
  • Biopsia: Después de anestesiar la piel en la zona del abdomen sobre el hígado, el médico utiliza una aguja larga para extraer una pequeña muestra de tejido del hígado, que se envía a un laboratorio para su análisis microscópico.

Tratamiento de las enfermedades hepáticas

El tratamiento depende del tipo de enfermedad hepática, pero hay una recomendación general: evitar medicamentos o suplementos que se descomponen en el hígado. Estos incluyen:

  • Acetaminofén
  • Estatinas (usadas para reducir el colesterol)
  • Té de consuelda
  • Ciertos suplementos vitamínicos o dietéticos, como productos para bajar de peso

Otros tratamientos generales pueden incluir:

  • Medicamentos corticosteroides, como la prednisona, que reduce la inflamación en el hígado
  • Medicamentos inmunosupresores, que ayudan a evitar que el sistema inmunitario ataque tejidos saludables

Hepatitis

Actualmente, existen medicamentos antivirales que pueden tratar la hepatitis C. Estos tratamientos duran hasta 12 semanas y, si son exitosos, eliminan el virus. No hay cura para la hepatitis A o B.

El tratamiento para la hepatitis A implica cuidarte, descansar y comer bien. Generalmente desaparece por sí sola.

La hepatitis B también desaparece sola en muchas personas, con descanso y cuidado, pero algunas desarrollan hepatitis B crónica. En estos casos, los medicamentos antivirales pueden ayudar a ralentizar la enfermedad y reducir el riesgo de cáncer de hígado.

 

Enfermedades hepáticas: qué puedes hacer en casa

No existen remedios caseros para las enfermedades hepáticas, pero tu médico podría recomendarte cambios en tu dieta para mantener tu hígado lo más saludable posible, incluso si ya tienes una enfermedad hepática.

Dieta para enfermedades hepáticas

En general, las recomendaciones incluyen limitar alimentos y bebidas que puedan sobrecargar el hígado, como:

  • Proteínas animales (leche, carne y huevos)
  • Sal
  • Alimentos ricos en grasa
  • Alimentos altos en azúcar
  • Alcohol

A menos que tu médico o nutricionista diga lo contrario, puedes incluir alimentos como:

  • Frutas
  • Verduras
  • Legumbres (garbanzos, frijoles negros, frijoles rojos, etc.)
  • Pollo
  • Pescado
  • Granos integrales (arroz integral, cebada, quinoa, etc.)

Consulta con tu médico sobre suplementos vitamínicos. Podría recomendarte algunos, así como advertirte sobre cuáles evitar.

Complicaciones de las enfermedades hepáticas

Con el tiempo, las enfermedades hepáticas en etapas avanzadas pueden causar otras complicaciones, como:

  • Hipertensión portal (las venas en el hígado comienzan a romperse y a causar sangrado)
  • Cáncer de hígado
  • Encefalopatía hepática, la cual afecta el sistema nervioso y puede causar deterioro cognitivo o demencia
  • Síndrome hepatorrenal, que afecta los riñones
  • Ascitis, o acumulación de líquido en el abdomen

Las complicaciones graves de las enfermedades hepáticas incluyen:

  • Insuficiencia hepática aguda. Esta ocurre cuando el hígado deja de funcionar en un corto período (días o semanas) sin una enfermedad hepática previa a largo plazo. Puede suceder debido a una sobredosis de acetaminofén, infecciones o medicamentos recetados.
  • Cirrosis. Es una formación de cicatrices en el hígado. Mientras más tejido cicatricial reemplace el tejido saludable, más difícil es para el hígado realizar su trabajo. Con el tiempo, puede dejar de funcionar adecuadamente.

Prevención de las enfermedades hepáticas

Puedes prevenir muchas enfermedades hepáticas haciendo cambios en tu estilo de vida y vacunándote. Los niños también deben recibir vacunas contra la hepatitis.

Hepatitis A: Vacúnate. Es una vacuna de dos dosis; asegúrate de recibir ambas ya que una sola no es suficiente. Si vas a viajar y no tienes tiempo para ambas, recibir una dosis es mejor que ninguna. No olvides administrate la segunda al regresar. Dado que este virus se transmite a través de las heces, lávate bien las manos después de usar el baño o cambiar pañales y antes de manipular alimentos y bebidas.

Hepatitis B: También hay una vacuna para la hepatitis B, así que debes asegurarte de administrártela. Existen combinaciones que protegen contra las hepatitis A y B. Este virus se transmite a través de la sangre, semen u otros fluidos corporales. Practica sexo seguro (usa condones) y evita compartir agujas o equipos de inyección de drogas. Tampoco compartas objetos personales como rasuradoras o artículos que puedan tener fluidos corporales.

Hepatitis C: No hay vacuna para este tipo. Se transmite mediante la sangre, por lo que debes tomar las mismas precauciones que para prevenir la hepatitis B.

Para otras enfermedades hepáticas, puedes reducir tu riesgo si:

  • Limitas la cantidad de alcohol que consumes
  • No abusas de los medicamentos ni tomas dosis más altas de las indicadas, incluidos los medicamentos de venta libre
  • Sigues los planes de tratamiento si tienes una enfermedad crónica, como diabetes o presión arterial alta

Resumen

El hígado es un órgano vital que necesita cuidado. Muchas enfermedades hepáticas se pueden prevenir con vacunas y cambios en el estilo de vida. Si tienes una enfermedad hepática, algunos tipos, como la enfermedad del hígado graso alcohólico, pueden revertirse en muchos casos. De lo contrario, un buen cuidado puede ralentizar el progreso de la enfermedad.

Si notas signos de enfermedad hepática, consulta a tu médico lo antes posible. Es mejor diagnosticarla inmediatamente.

¿Cuáles son algunas enfermedades hepáticas comunes?

Enfermedad del hígado graso no alcohólico, cirrosis y hepatitis.

¿Cuáles son los primeros síntomas de un hígado enfermo?

En las primeras etapas, la enfermedad hepática generalmente no causa síntomas. Si notas que la parte blanca de tus ojos o tu piel se vuelven amarillas, podría significar un problema con el hígado.

¿Cuáles son las enfermedades hepáticas más graves?

Todas las enfermedades hepáticas son serias, pero la cirrosis es especialmente grave. Una vez que el hígado desarrolla cicatrices, no puede funcionar correctamente.

¿Cuál es la primera etapa de una enfermedad hepática?

La primera etapa es la enfermedad del hígado graso, que ocurre cuando se acumula grasa en el hígado.

Ver Fuentes

Crédito de foto: The Image Bank/Getty Images

FUENTES:

Cleveland Clinic: “Alpha-1 Antitrypsin Deficiency [Deficiencia de alfa-1 antitripsina]”.

Mayo Clinic.

Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales: “What Is Viral Hepatitis? [¿Qué es la hepatitis viral?]”.

American Liver Foundation: “Hepatitis B [Hepatitis B]”; “Hepatitis C Information Center [Centro de información sobre la hepatitis C]”.

Johns Hopkins Liver Tumor Center.

Therapeutic Advances in Gastroenterology.

HPB: The Official Journal of the International Hepato-Pancreato-Biliary Association.

Genetics Home Reference.

Alpha-1 Foundation.

Colegio Estadounidense de Gastroenterología: “Medications and the Liver [Medicamentos y el hígado]”.

American Liver Foundation: “How Many People Have Liver Disease? [¿Cuántas personas tienen enfermedades hepáticas?]”; “Alcohol-Associated Liver Disease [Enfermedad hepática asociada con el alcohol]”; “Liver Disease Diets [Dietas para la enfermedad hepática]”; “Complications of Liver Disease [Complicaciones de la enfermedad hepática]”; “Hepatitis A Policy [Información sobre la hepatitis A]”.

CDC: “Too Few People Treated for Hepatitis C [Muy pocas personas reciben tratamiento para la hepatitis C]”; “Chronic Liver Disease and Cirrhosis [La enfermedad hepática crónica y la cirrosis]”; “What is Viral Hepatitis? [¿Qué es la hepatitis viral?]”; “Hepatitis A Questions and Answers for the Public [Preguntas y respuestas sobre la hepatitis A para el público]”; “Viral Hepatitis [Hepatitis viral]”; “Hepatitis A”; “2024 National Viral Hepatitis Progress Report [Informe nacional de progreso 2024 sobre la hepatitis viral]”; “Testing for Hepatitis C [Pruebas para la hepatitis C]”.

Cleveland Clinic: “Liver Disease [Enfermedad hepática]”; “Alpha-1 Antitrypsin Deficiency [Deficiencia de alfa-1 antitripsina]”.

Immunize.org: “Hepatitis A and Hepatitis B Vaccines: Be Sure Your Patients Get the Correct Dose [Vacunas para la hepatitis A y B: asegúrate de que tus pacientes obtengan la dosis adecuada]”.

Jefferson Health. “Should I Be Worried About Fatty Liver Disease? [¿Debo preocuparme por la enfermedad del hígado graso?]”.

Johns Hopkins Medicine: “Autoimmune Hepatitis [Hepatitis autoinmune]”; “Nonalcoholic Fatty Liver Disease [Enfermedad hepática no alcohólica]”; “5 Reasons You May Be at Risk for Liver Disease [5 motivos por los que podrías correr riesgo de enfermedades hepáticas]”; “Common Liver Tests [Pruebas hepáticas comunes]”.

Mayo Clinic: “Cirrhosis [Cirrosis]”; “Liver Disease [Enfermedades hepáticas]”; “Hepatitis C [Hepatitis C]”.

MedlinePlus: “Fatty Liver Disease [Enfermedad del hígado graso]”; “Diet – liver disease [Dieta - enfermedades hepáticas]”.

Nationwide Children’s: “Liver Failure in Children [Insuficiencia hepática en niños]”.

StatPearls: “Alcoholic Liver Disease [Enfermedad hepática alcohólica]”.

The Journal of Pediatrics: “Incidental findings – knowing when they matter [Hallazgos incidentales - cuándo son importantes]”.

UChicago Medicine: “Liver Failure [Insuficiencia hepática]”.

University of Florida Health: “Enlarged Liver [Hígado inflamado]”.

Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.: “Hepatitis A Basic Information [Información básica sobre la hepatitis A]”; “Hepatitis B Basic Information [Información básica sobre la hepatitis B]”; “Hepatitis C Basic Information [Información básica sobre la hepatitis C]”; “Viral Hepatitis in the United States: Data and Trends [Hepatitis viral en Estados Unidos: datos y tendencias]”.

Oficina de Salud de las Minorías del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.: “Chronic Liver Disease and African Americans [Enfermedad hepática crónica y las personas afroamericanas]”.

FDA: “Hepatitis A (HAV)”.

Organización Mundial de la Salud: “Hepatitis A”; “Hepatitis B”.