
MASLD y el cáncer de hígado: ¿cuál es la conexión?
La enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés) es un trastorno en el que se acumula demasiada grasa en el hígado. A diferencia del hígado graso causado por el consumo excesivo de alcohol, la enfermedad MASLD se desarrolla debido a otros motivos de salud y anteriormente se conocía como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés).
Una forma más avanzada de MASLD, llamada esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH, por sus siglas en inglés), ocurre cuando la grasa en el hígado causa inflamación y, a veces, cicatrización hepática (fibrosis).
¿Qué es el carcinoma hepatocelular (HCC)?
El carcinoma hepatocelular (HCC, por sus siglas en inglés) es el tipo más común de cáncer primario de hígado; representa alrededor del 90 % de los casos. A diferencia del cáncer de hígado secundario, que se propaga al hígado desde otras partes del cuerpo, el HCC comienza en el hígado.
Otros tipos menos comunes de cáncer de hígado incluyen:
- Colangiocarcinoma intrahepático: Cáncer de los conductos biliares dentro del hígado.
- Hepatoblastoma: Un cáncer de hígado poco usual que afecta principalmente a niños menores de 3 años.
¿El hígado graso puede causar cáncer de hígado?
Sí, es posible. Aunque la mayoría de las personas con hígado graso no desarrollan cáncer de hígado, la enfermedad MASLD se considera ahora una de las causas de HCC de más rápido crecimiento.
Así es como sucede:
- Cuando la grasa se acumula en el hígado, puede causar inflamación crónica.
- La inflamación persistente puede dañar las células hepáticas y su ADN.
- Con el tiempo, puedes desarrollar cicatrices que no sanan (cirrosis).
- La cirrosis crea un entorno ideal para que se desarrolle el cáncer de hígado.
Aunque la cirrosis aumenta considerablemente el riesgo de HCC, el cáncer de hígado también puede ocurrir en personas con MASLD que no tienen cirrosis.
¿Qué tan común es el cáncer de hígado con el hígado graso?
El riesgo de cáncer de hígado depende principalmente de lo avanzada que esté la enfermedad hepática. Esto es lo que muestran las investigaciones:
- Hasta un 2.6 % de las personas con MASH desarrollan HCC cada año.
- Si tienes MASLD con cirrosis, tienes de 10 a 30 veces más probabilidades de desarrollar HCC que las personas sin cirrosis.
- Alrededor del 0.11 % de las personas con MASLD sin cirrosis pueden desarrollar HCC cada año.
Un número creciente de personas con MASLD sin cirrosis está desarrollando cáncer de hígado. Los expertos no están seguros del por qué. Los investigadores trabajan para identificar qué factores específicos aumentan el riesgo en estos casos.
¿Cómo progresa la MASLD hacia el cáncer de hígado?
La MASLD generalmente no causa mucho daño hepático a menos que progrese a MASH, la forma más grave de la enfermedad. Los estudios muestran que alrededor del 20 % de las personas con MASLD desarrollan MASH, y de estas, entre el 10 y el 25 % pueden desarrollar cirrosis en 10 a 20 años.
La inflamación causada por trastornos como MASH hace que el hígado sea más vulnerable al cáncer. Así es cómo MASLD puede llevar al carcinoma hepatocelular (HCC):
- El exceso de células grasas dañan o matan las células del hígado, un proceso llamado lipotoxicidad.
- Las células dañadas desencadenan inflamación, lo que lleva a MASH.
- La inflamación relacionada con MASH hace que el tejido cicatricial reemplace el tejido sano (fibrosis).
- El hígado responde creando nuevas células para autorrepararse.
- El cambio celular constante aumenta el riesgo de daño al ADN, lo que puede llevar al cáncer.
¿Quiénes corren mayor riesgo de cáncer de hígado relacionado con MASLD?
Aunque la cirrosis es el principal predictor de HCC, no explica todos los casos. Las investigaciones sugieren que alrededor del 30 % de las personas con HCC derivado de la enfermedad MASLD no tienen cirrosis, lo que significa que el cáncer de hígado puede desarrollarse antes de que se produzcan cicatrices avanzadas.
Otros factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de hígado
La obesidad y la diabetes tipo 2 aumentan las probabilidades de padecer HCC. Estas afecciones pueden causar inflamación perjudicial y daño celular. Una predisposición genética, como las mutaciones en el gen PNPLA3, también puede afectar el modo en que el hígado procesa y almacena la grasa.
Otros factores que también aumentan el riesgo de cáncer de hígado incluyen:
- Edad mayor de 50 años
- Ser hombre
- Antecedentes familiares de cáncer de hígado
- Infección por hepatitis B o C
- Consumo excesivo de alcohol
- Fumar
Ciertas enfermedades metabólicas raras también pueden aumentar el riesgo de cáncer de hígado, como:
- Hemocromatosis hereditaria no tratada (exceso de hierro en el hígado)
- Deficiencia de alfa-1 antitripsina (deficiencia de una proteína que afecta al hígado)
- Enfermedad de almacenamiento de glucógeno (una enfermedad hereditaria que afecta el almacenamiento del azúcar)
- Porfiria cutánea tarda (causa exceso de hierro en el hígado)
- Enfermedad de Wilson (causa exceso de cobre en el hígado)
Si tienes MASLD, habla con tu médico sobre otros factores de riesgo.
Síntomas del hígado graso frente a los de cáncer de hígado
Es posible que no tengas ningún síntoma. Los signos generales del hígado graso pueden incluir:
- Cansancio, incluso después de dormir lo suficiente
- Pérdida de peso sin intentarlo
- Falta de apetito
- Dolor o sensación de estar lleno en el lado superior derecho del abdomen
Los síntomas del cáncer de hígado pueden incluir:
- Un bulto duro justo debajo de las costillas del lado derecho
- Abdomen hinchado
- Dolor cerca del omóplato derecho o en la espalda
- Sentirse lleno al comer pequeñas cantidades de comida
- Falta de apetito
- Heces pálidas o blancas
- Fiebre
- Piel y ojos amarillos (ictericia)
Tu hígado puede seguir funcionando incluso cuando está dañado, por lo que los síntomas pueden no aparecer hasta etapas avanzadas. Cuando se manifiestan, a menudo parecen síntomas de otros problemas de salud, lo que puede dificultar la detección del problema.
Detección
Las pautas de salud sugieren realizar exámenes de detección de cáncer de hígado solo a las personas con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Tus posibilidades de tener cáncer de hígado son mayores si tienes:
- Infecciones crónicas de hepatitis B o C
- Cirrosis hepática, independientemente de la causa subyacente
- Enfermedades metabólicas hereditarias (ver sección anterior sobre factores de riesgo)
- Hepatitis autoinmune
Si tienes cirrosis, tu médico podría sugerirte realizarte un ultrasonido hepático cada seis meses para detectar signos tempranos de cáncer de hígado. También podría realizar análisis de sangre específicos del hígado al mismo tiempo.
¿Quién podría beneficiarse de los exámenes de detección sin cirrosis?
La detección temprana y el manejo adecuado pueden mejorar tus posibilidades de un buen resultado si desarrollas cáncer de hígado. Sin embargo, los expertos médicos no están de acuerdo sobre si los exámenes valen la pena para las personas sin cicatrices hepáticas avanzadas.
Algunas investigaciones sugieren que las personas con diabetes tipo 2 y MASLD deberían ser consideradas para exámenes regulares de hígado, incluso sin cirrosis, ya que el cáncer de hígado puede desarrollarse más temprano en estas circunstancias. Sin embargo, no existen pautas claras de detección para este grupo.
¿Cómo saber si tengo cáncer de hígado?
Tu hígado está ubicado en la parte superior derecha de tu abdomen, justo debajo de las costillas. Es posible que no veas ni sientas signos de cáncer de hígado hasta que se forme una masa grande. Pero hay cosas que puedes hacer para detectar el cáncer de hígado antes de que eso suceda.
Para diagnosticar el cáncer de hígado, podrías realizarte una o más de las siguientes pruebas:
- Análisis de sangre. La alfa-fetoproteína (AFP) es una proteína que produce el hígado antes del nacimiento. Los niveles elevados de AFP pueden ser un signo de cáncer de hígado, ya que deberían ser bajos en adultos.
- Imágenes. Ultrasonidos , tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o angiografías pueden revelar inflamación, masas u otros cambios anormales en el hígado.
- Biopsia hepática. Tu médico podría extraer una pequeña muestra de tejido hepático para analizarla en busca de células cancerosas. Esto generalmente no es necesario, pero podrías necesitar una biopsia si otras pruebas no confirman un diagnóstico de cáncer.
¿Qué sucede si me diagnostican cáncer de hígado?
El tratamiento para el cáncer de hígado depende de cuánto se haya propagado el cáncer, tu edad y tu salud general. Para determinar el mejor plan de tratamiento, tu médico considerará lo siguiente:
- El tamaño del tumor
- Si tienes cirrosis
- Qué tan saludable estás
- La etapa del cáncer
Los tratamientos comunes para el cáncer de hígado o sus síntomas incluyen:
- Cirugía para extirpar el tumor
- Trasplante de hígado
- Radioterapia
- Tratamiento con calor para destruir el tumor (terapia de ablación)
- Detener el flujo de sangre al tumor (quimioembolización transarterial o radioembolización)
- Terapia con medicamentos de acción selectiva
- Inmunoterapia
- Quimioterapia
Puedes recibir cuidados paliativos en cualquier momento después de tu diagnóstico. Este es un tipo de tratamiento de apoyo que tiene como objetivo mejorar tu calidad de vida o ayudarte a afrontar los efectos secundarios del cáncer o su tratamiento.
Si otros tratamientos no funcionan para ti o no son una opción, pregunta sobre los ensayos clínicos. Estos son estudios que brindan atención médica de alta calidad, pero prueban tratamientos nuevos o experimentales que no han sido aprobados para el público en general.
Cómo prevenir que las enfermedades MASH y MASLD progresen hacia el cáncer de hígado
Puedes comenzar controlando las causas subyacentes del daño hepático. Para el cáncer de hígado relacionado con MASLD, aquí tienes pasos que puedes seguir para reducir tu riesgo:
Controla tu peso. Si tienes sobrepeso u obesidad, perder peso es una de las mejores formas de reducir la grasa y la inflamación en el hígado. Incluso una pérdida de peso modesta puede tener un gran efecto:
- Perder un 3-5 % de tu peso corporal puede reducir la acumulación de grasa en el hígado.
- Una pérdida del 7-10 % puede mejorar la inflamación relacionada con MASH.
- Perder al menos un 10 % puede disminuir o revertir las cicatrices leves (fibrosis).
Sigue una dieta saludable para el hígado. Aunque no existe una “dieta específica para el cáncer de hígado”, se recomienda ampliamente una dieta estilo mediterráneo para la salud hepática y general. Este plan incluye muchos alimentos de origen vegetal, que pueden reducir el riesgo de daño hepático.
Los factores dietéticos que pueden proteger contra el cáncer de hígado incluyen:
- Consumir más frutas, verduras, granos integrales, nueces y legumbres.
- Limitar los azúcares añadidos en alimentos y bebidas.
- Evitar carnes rojas y procesadas, que son altas en grasas saturadas.
- Usar grasas insaturadas, como aceite de oliva, en lugar de mantequilla o margarina.
- Comer pescado y mariscos un par de veces a la semana.
- Beber de dos a tres tazas de café al día.
Los estudios muestran que las personas que consumen café regularmente tienen menos probabilidades de desarrollar MASLD, cicatrices hepáticas avanzadas y cáncer de hígado. La cafeína, en particular, puede ayudar a reducir el riesgo de HCC. Sin embargo, se necesita más investigación para saber exactamente por qué el café beneficia la salud hepática.
Si tienes MASLD, evita el alcohol, ya que puede acelerar el daño hepático.
Mantente activo. Incluso si no pierdes peso, la actividad física regular puede mejorar la salud del hígado. Intenta hacer al menos 30 minutos de ejercicio cinco días a la semana.
Algunos ejemplos de ejercicios aeróbicos o de resistencia incluyen:
- Caminatas rápidas
- Trotar
- Andar en bicicleta
- Levantar pesas
- Entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT, por sus siglas en inglés)
Considera medicamentos. No existe un tratamiento farmacológico para el hígado graso simple. Pero un medicamento llamado resmetirom (Rezdiffra) ha sido aprobado para tratar adultos con MASH que tienen cicatrices hepáticas moderadas a avanzadas (pero no cirrosis).
Los medicamentos también pueden ayudar a controlar otras afecciones relacionadas con MASLD, como:
- Diabetes tipo 2
- Colesterol alto
- Obesidad
- Presión arterial alta
Pregunta a tu médico si los nuevos medicamentos para perder peso, como los agonistas GLP-1, podrían ser adecuados para ti.
¿Qué otros tipos de cáncer pueden ocurrir con la enfermedad del hígado graso?
La enfermedad MASLD aumenta las probabilidades de varios tipos de cáncer fuera del hígado. Esto incluye cánceres gastrointestinales como:
- Colon
- Estómago
- Páncreas
- Esófago
- Conductos biliares
La enfermedad del hígado graso y sus problemas de salud relacionados (como la obesidad y la diabetes tipo 2) también aumentan el riesgo de:
- Cáncer de pulmón
- Cáncer de mama
- Cáncer de endometrio
- Cáncer de vejiga u otros del sistema urinario
- Cáncer de tiroides
Resumen
La enfermedad MASLD es una de las causas de cáncer de hígado de más rápido crecimiento, especialmente en personas con obesidad y diabetes tipo 2.
Mantener un peso saludable, seguir una dieta balanceada y mantenerse activo puede ayudar a reducir las posibilidades de desarrollar daño hepático relacionado con MASLD o que este progrese a cáncer de hígado.
Si tienes MASLD, habla con tu médico sobre los factores de riesgo del cáncer de hígado y qué exámenes de detección podrían ser adecuados para ti. Es más probable que el tratamiento funcione si detectas el cáncer de hígado a tiempo.
¿Cuál es la causa principal del cáncer de hígado?
A nivel mundial, la causa más común del carcinoma hepatocelular (HCC) es una infección crónica de hepatitis B o hepatitis C. Sin embargo, a medida que aumentan las tasas de obesidad y diabetes tipo 2, también lo hacen los casos de HCC relacionado con MASLD.
¿MASH siempre lleva al cáncer de hígado?
No. Aunque es difícil predecir quién desarrollará cáncer de hígado, alrededor del 2 al 3 % de las personas con MASH reciben un diagnóstico de cáncer cada año.
¿Qué sucede si tu hígado graso empeora?
La acumulación de grasa en el hígado puede causar inflamación y daño celular. Con el tiempo, el tejido cicatricial puede reemplazar el tejido sano. Si tienes una gran cantidad de cicatrices hepáticas (fibrosis), puedes sufrir daños permanentes (cirrosis) que lleven a una insuficiencia hepática. Aproximadamente el 3 % de las personas con hígado graso pueden desarrollar cáncer de hígado.
Ver Fuentes
Crédito de foto: iStock/Getty Images)
FUENTES:
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