photo of anxious senior woman alone at home

Las relaciones cercanas y saludables contribuyen significativamente a nuestro bienestar. Sin embargo, un número creciente de personas en EE. UU. carece de conexiones sociales de apoyo, incluidos los adultos mayores. Casi el 25 % de las personas mayores de 65 años están aisladas y a menudo se sienten solas.

Las personas mayores suelen enfrentar cambios y dificultades que los alejan de su comunidad. Esto aumenta el riesgo de problemas de salud serios relacionados con el aislamiento social y la soledad. Sin embargo, existen medidas que puedes tomar para asegurarte de que tú o tu ser querido se mantengan en contacto con otras personas. Esto es lo que necesitas saber.

El aislamiento social y la soledad

Algunas personas confunden los términos “aislamiento social” y “soledad,” pero no significan lo mismo. Si bien ambos están fuertemente relacionados con efectos negativos para la salud y a menudo se superponen, aquí hay algunas diferencias clave.

El aislamiento social se refiere a la falta de contacto social. Es una medida objetiva, lo que significa que puede ser observada por otros. Por ejemplo, alguien que está aislado puede vivir solo, tener pocas interacciones con personas fuera de su hogar o evitar hacer actividades sociales. Las personas que están aisladas no necesariamente se sienten solas.

La soledad es subjetiva. Se trata de un sentimiento angustiante o negativo que puede surgir en relación con la calidad de las conexiones humanas. La soledad se manifiesta cuando existe una brecha entre las interacciones significativas que deseas y las que realmente tienes, independientemente de cuántas personas se mantengan en contacto contigo regularmente.

Los efectos que el aislamiento social y la soledad tienen en la salud

El cirujano general de EE. UU. considera que el aislamiento social y la soledad constituyen una crisis de salud pública, y con buena razón. Décadas de investigaciones clínicas han demostrado que ambos tienen un efecto negativo en la salud comparable a los siguientes hábitos o estados de ser:

  • Fumar
  • Tener la presión arterial alta
  • Tener un exceso de grasa en el cuerpo (exceso de peso)
  • Llevar un estilo de vida sedentario o inactivo (falta de ejercicio o actividad física)

Los ensayos clínicos demuestran que las personas mayores que carecen de interacciones sociales tienen un mayor riesgo de una muerte prematura por cualquier motivo. Este grupo también enfrenta los siguientes riesgos:

  • Tienen un 50 % de probabilidad de desarrollar demencia.
  • Tienen un 29 % de probabilidad de desarrollar una enfermedad cardíaca.
  • Tienen un 32 % de probabilidad de sufrir un derrame cerebral.

El aislamiento social y la soledad también están vinculados con tasas más altas de:

  • Exceso de peso
  • Deterioro de las capacidades mentales (habilidades cognitivas)
  • Enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia
  • Debilitación del sistema inmunitario
  • Inflamación
  • Diabetes tipo 2
  • Migraña
  • Falta de sueño
  • Hospitalización y visitas a la sala de emergencias, especialmente para las personas con insuficiencia cardíaca o ataques cardíacos

Cada vez hay más pruebas de que la soledad puede ser especialmente perjudicial. Aunque se necesitan más investigaciones clínicas para confirmarlo, las personas que informan sentirse solas son más propensas a tener las siguientes complicaciones de salud mental:

  • Depresión
  • Ansiedad
  • Suicidio
  • Paranoia
  • Psicosis

Los estudios clínicos demuestran que las personas que no tienen apoyo o interacciones sociales pueden tener una respuesta física más intensa al estrés. Esto puede manifestarse en frecuencias cardíacas en reposo más elevadas de lo normal, presión arterial alta, niveles altos de colesterol e inflamación. Estos efectos pueden persistir si te encuentras constantemente aislado y siempre te sientes solo.

Factores de riesgo para el aislamiento social y la soledad en adultos mayores

En ciertos casos, el envejecimiento conlleva pérdidas. Si te jubilas, es posible que pierdas el contacto con tus compañeros de trabajo, que tus hijos se muden y que tus cónyuges y amigos fallezcan. Además, las limitaciones físicas o cognitivas pueden dificultar la comunicación o prevenir que salgas de casa con la frecuencia que desearías.

Hay muchos aspectos de la edad avanzada que pueden aumentar las probabilidades del aislamiento social y de la soledad. Este riesgo puede incrementar aún más si se aplican una de las siguientes situaciones a ti:

  • Tienes ingresos bajos.
  • No estás casado.
  • Eres inmigrante.
  • Eres parte de la comunidad LGTBIQ+.
  • Eres negro, hispano o latino, asiático o perteneces a otro grupo minoritario.
  • Has sido víctima de abuso de ancianos.

Las siguientes condiciones de salud pueden aumentar las probabilidades del aislamiento social y de la soledad:

  • Depresión
  • Derrame cerebral
  • Pérdida de la vista o de la audición (sordera)
  • La enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia
  • La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

También podrías enfrentarte al aislamiento social y a la soledad si se aplican las siguientes situaciones a ti:

  • Te separas repentinamente de tus amigos o familiares.
  • Eres el cuidador de un ser querido que está enfermo o es anciano.
  • No puedes conducir ni acceder al transporte.
  • Tienes una discapacidad que afecta la forma en que te mueves o piensas.

¿Cuáles signos de aislamiento social o soledad debes buscar?

Pregúntales a tus seres queridos de edad avanzada cómo se sienten acerca de sus interacciones sociales. Algunos profesionales de la salud utilizan la Escala de Soledad de la Universidad de California en Los Ángeles (conocida como ‘UCLA 3-Item Loneliness Scale’ en inglés) como una herramienta de detección. Las siguientes preguntas ayudan a medir el aislamiento social y la soledad:

  • ¿Con qué frecuencia sientes que te falta estar acompañado?
  • ¿Con qué frecuencia te sientes excluido?
  • ¿Con qué frecuencia te sientes aislado de los demás?  

También puedes hacer las siguientes preguntas:

  • ¿Cuántas personas interactúan contigo todos los días o todas las semanas?
  • ¿Con qué frecuencia haces cosas con otras personas?
  • ¿Deseas estar más involucrado en la comunidad?
  • ¿Tienes problemas de movilidad que te impiden salir?
  • ¿Tienes problemas con la vista o la audición (sordera)?
  • ¿Tienes dificultades con el idioma?
  • ¿Ha fallecido un ser querido recientemente? ¿Te gustaría hablar con un consejero o un psicoterapeuta?

Aquí tienes más preguntas que puedes hacer:

  • ¿Cómo te sientes acerca de tus interacciones sociales?
  • ¿Cómo puedo ayudarte a tener interacciones más significativas?
  • ¿Mejoraría tu calidad de vida si alguien viniera a visitarte con más frecuencia?
  • ¿Sientes que tienes un objetivo en la vida?
  • ¿Hay alguna actividad de tu pasado que te gustaría volver a hacer?

Otros signos de aislamiento social y soledad a tener en cuenta incluyen los siguientes:

  • Cuando no sales de casa (ya sea frecuentemente o nunca).
  • Cuando subes o bajas de peso.
  • Cuando cambia tu estado de ánimo (por ejemplo, si tienes depresión).
  • Cuando dejas de hacer tareas cotidianas (por ejemplo, pagar facturas o cocinar).
  • Cuando olvidas tomar los medicamentos o ir al médico.
  • Cuando dejas de limpiar la casa.
  • Cuando no te mantienes al día con la higiene personal.
  • Cuando confías menos en los demás.

Si crees que alguien a quien quieres se siente aislado o solo, sugiérele que hable con su médico. Anímalo a compartir con el médico cualquier situación estresante o cualquier problema físico o emocional que puedan estar afectando sus relaciones sociales.

Cómo ayudar a alguien que está socialmente aislado o que se siente muy solo

La soledad y el aislamiento son problemas que afectan a personas de todas las edades, no solo a los adultos mayores. Además, es importante destacar que muchos adultos mayores mantienen una vida social activa sin necesidad de apoyo adicional.

Los siguientes consejos pueden ayudar a prevenir la soledad y el aislamiento:

Mantente en contacto con tus amigos y familiares. Cuando sea posible, reúnete con ellos en persona. Los adultos mayores suelen beneficiarse más del contacto en persona que de la comunicación a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos o cartas.

Conoce a tus vecinos, especialmente a los de edad avanzada. La interacción social entre las personas en un vecindario puede fortalecer las comunidades. Las amistades intergeneracionales son beneficiosas para las personas de todas las edades. Por lo tanto, si aún no lo has hecho, preséntate a tus vecinos y, si son personas mayores, mantén una comunicación frecuente con ellos.

Consulta con un geriatra. Los geriatras son médicos especializados en la atención de adultos mayores. Ellos se encargan de proporcionar servicios de atención médica primaria, incluyendo chequeos de salud, diagnóstico y tratamiento de afecciones relacionadas con el envejecimiento. Además, ofrecen consultas y trabajan en equipos médicos interdisciplinarios que cuidan a pacientes mayores.

Recibe atención preventiva de la salud.  Es igual de importante consultar a tu médico para recibir atención preventiva como cuando no te sientes bien. Mantente al día con las citas dentales, las vacunas y otros chequeos de rutina. Además, habla con tu médico sobre un documento de voluntades anticipadas, especialmente si aún no tienes directivas médicas para el final de la vida o un representante legalmente autorizado para tomar decisiones médicas en tu nombre cuando no puedas hacerlo (también conocido como “apoderado para los cuidados médicos”).

Utiliza dispositivos de ayuda. Si tienes problemas de la vista o sordera, puedes pedirle a tu médico o a un terapeuta ocupacional que te recomiende dispositivos de ayuda óptica o audífonos para poder escuchar mejor.

Toma ventaja de la tecnología. Las investigaciones clínicas demuestran que el uso de los dispositivos digitales y las redes sociales puede mejorar el bienestar de las personas mayores, ayudando a reducir el aislamiento y la soledad.

Organiza el transporte. Muchas personas de edad avanzada desean salir a pasear como los jóvenes, pero algunos enfrentan barreras debido a problemas de movilidad que les impiden conducir o caminar largas distancias por sí mismos. Si conoces a una persona mayor con tales dificultades, ofrécete a conducir o establecer servicios de viajes compartidos para llevarlos a donde deseen ir.

Aprovecha los servicios para adultos mayores. Busca en línea programas comunitarios en tu área. Realiza una búsqueda en Internet: escribe “programas y servicios para adultos mayores cerca de mí” para ver qué encuentras.

Recursos adicionales para las personas mayores incluyen las siguientes:

  • Area Agencies on Aging (Agencias del Área para el Envejecimiento)
  • Aging and Disability Resource Centers (Centros de Recursos para Ancianos y Discapacitados)
  • Eldercare Locator (Localizador de Cuidadores de Personas Mayores)
  • National Council on Aging (Consejo Nacional para Adultos Mayores)
  • National Institute on Aging (Instituto Nacional sobre el Envejecimiento)
  • Local extension services (servicios de extensión locales)

Prueba el desafío de conexión 5 por 5. El cirujano general de EE. UU. recomienda esta herramienta para crear y fortalecer las interacciones sociales. No hay límite de edad para participar. El desafío de conexión 5 por 5 funciona de la siguiente manera:

  • Piensa en cinco cosas que puedes hacer durante cinco días seguidos para mantenerte en contacto con tus seres queridos.
  • Cada día, elige una acción (expresar gratitud, ofrecer apoyo, servir de voluntario, pedir ayuda).
  • Describe cómo te sentiste al hacer esas acciones.
  • Comparte tu experiencia en persona o en línea para animar a que más personas participen.

Visita SurgeonGeneral.gov/Challenge para obtener más información o descargar la herramienta.

Ver Fuentes

Crédito de la foto: Moment/Getty Images

FUENTES:

Eileen Graham, doctora, profesora asociada, ciencias sociales médicas (determinantes de la salud), Northwestern University Feinberg School of Medicine [facultad de medicina Feinberg de la Universidad Northwestern].

Thomas Cudjoe, doctor en medicina, máster en salud pública, geriatra; profesor asistente de medicina, facultad de medicina, Johns Hopkins University [Universidad Johns Hopkins].

Andrew Cohen, doctor en medicina, doctor en filosofía, profesor asistente de medicina interna (geriatría), Yale School of Medicine [Facultad de Medicina de Yale]. 

Journal of Personality and Social Psychology: “Are we happier with others? An investigation of the links between spending time with others and subjective well-being ["¿Somos más felices con los demás? Una investigación de los vínculos entre pasar tiempo con los demás y el bienestar subjetivo"].”

Social and Personality Psychology Compass: “Close Relationships and Health: The Interactive Effect of Positive and Negative Aspects ["Las relaciones cercanas y la salud: el efecto interactivo de los aspectos positivos y negativos"].” 

CDC: “Loneliness and Social Isolation Linked to Serious Health Conditions ["La soledad y el aislamiento social vinculados a condiciones de salud serias"].” 

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National Institute on Aging: “Loneliness and Social Isolations – Tips for Staying Connected ["La soledad y el aislamientos sociales: consejos para mantenerse conectado"].” 

Journal of the American Geriatrics Society: “Advance Care Planning: Social Isolation Matters ["Planificación anticipada de la atención médica: el aislamiento social importa"],” “Getting under the skin: Social isolation and biological markers in the National Health and Aging Trends Study ["Meterse debajo de la piel: El aislamiento social y los marcadores biológicos en el Estudio Nacional de Tendencias de Salud y Envejecimiento"].”

PLOS One: “Social connectedness as a determinant of mental health: A scoping review [ "La conexión social como determinante de la salud mental: una revisión exploratoria"].”

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Revista Latino–Americana De Enfermagem: “Impact of digital social media on the perception of loneliness and social isolation in older adults ["El efecto de las redes sociales digitales en la percepción de soledad y aislamiento social de las personas mayores"].”