
Vivir con una enfermedad del hígado (hepática) presenta desafíos únicos para las personas hispanas. Si eres hispano, tu hígado puede tener una mayor tendencia a almacenar grasa en exceso en comparación con otros grupos étnicos. Esto aumenta tu riesgo de desarrollar afecciones conocidas como enfermedad del hígado graso, esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés) y esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH, por sus siglas en inglés).
¿Cómo pueden ayudarte las guías clínicas para la MASLD y la MASH?
Tu médico sigue pautas clínicas diseñadas para tomar decisiones sobre el tratamiento de tu MASLD o MASH. Estas guías les ayudan a tu médico y a ti a trabajar juntos para:
- Elegir las pruebas adecuadas para detectar problemas hepáticos temprano
- Evitar que la enfermedad del hígado graso (MASLD) se transforme en una enfermedad más grave (MASH)
- Reducir tu riesgo de desarrollar complicaciones graves
- Alcanzar objetivos específicos, como reducir la acumulación de grasa en el hígado
Comprender estas pautas es el primer paso para tomar un papel activo en el cuidado de tu salud. Esto comienza con conocer tu riesgo.
¿Por qué las personas hispanas tienen un mayor riesgo?
Tus genes juegan un papel importante. Muchas personas hispanas tienen una variación genética llamada PNPLA3, que afecta la forma en que el hígado maneja la grasa. Este gen hace que el hígado almacene más grasa de lo normal, lo que puede causar daño al hígado y generar más cicatrización. Esta variación genética aumenta el riesgo de desarrollar la MASLD y la MASH, pero los factores del estilo de vida también son importantes. Muchas personas con este gen mantienen un hígado saludable a través de la alimentación y el ejercicio.
Otros factores que aumentan tu riesgo incluyen:
- Exceso de peso, especialmente en la zona abdominal
- Diabetes tipo 2
- Presión arterial alta
- Niveles elevados de grasas en la sangre
- Niveles bajos de colesterol "bueno" (HDL, por sus siglas en inglés)
- Dejar atras la dieta tradicional por una alta en alimentos procesados
- Menor actividad física
¿Estás en riesgo de desarrollar la MASLD o la MASH?
Las guías clínicas brindan recomendaciones a los médicos para ayudarles a hacer el diagnóstico correcto lo antes posible. ¿Por qué es esto importante? Muchas personas no saben que tienen estas afecciones hasta que se vuelven más graves. Detectarlas a tiempo ayuda a prevenir problemas como la cicatrización del hígado (fibrosis), el daño severo (cirrosis) y cáncer de hígado.
Tu médico debe evaluar la salud de tu hígado si tienes:
- Diabetes tipo 2
- Obesidad junto con problemas del corazón y los vasos sanguíneos (factores de riesgo cardiometabólicos)
- Resultados elevados en las pruebas hepáticas (alto nivel de enzimas hepáticas) que no disminuyen
- Familiares con enfermedad hepática
Es posible que tener algo de grasa en el hígado no cause problemas inmediatos, pero el nivel de cicatrización es lo que más influye en tu salud a largo plazo. Tu médico realizará pruebas para determinarlo.
Cómo tu médico evalúa tu hígado
Un especialista revisará tu historial médico, realizará un examen físico y, si sospecha que tienes la MASLD o estás en riesgo de desarrollarla, puede solicitar pruebas especializadas. También discutirá contigo tu dieta y estilo de vida, y creará un plan de tratamiento personalizado.
Incluso si tus pruebas iniciales están dentro de un rango normal, tu hígado podría no estar sano. Muchas personas con la MASLD tienen resultados normales en las pruebas hepáticas, especialmente en las primeras etapas. Por esta razón, los médicos suelen recomendar pruebas adicionales si existen factores de riesgo que aumentan la posibilidad de que la MASLD progrese a la MASH.
Análisis de sangre simple (índice FIB-4). Esta prueba evalúa la presencia de cicatrización hepática. El resultado ayudará a tu médico a determinar los siguientes pasos. Si el riesgo es bajo, tu médico podría recomendarte otra prueba en uno a tres años. Si el riesgo es alto, encargará pruebas más detalladas.
Exploración del hígado (VCTE). Si el análisis de sangre muestra un resultado elevado, el médico utilizará una prueba de elastografía hepática (VCTE, por sus siglas en inglés), un estudio por ultrasonido o una prueba similar para medir con mayor precisión la cicatrización o rigidez del hígado. Las personas con alto riesgo, como aquellas con diabetes tipo 2, obesidad, antecedentes familiares de cirrosis o consumo de alcohol que no sea leve deben ser evaluadas para detectar fibrosis avanzada.
Puntuación combinada de salud (FAST, por sus siglas en inglés). Para calcular esta puntuación tu médico combinará:
- Los resultados de tu exploración hepática (VCTE), que muestran la rigidez del hígado (un signo de cicatrización)
- Un análisis de sangre específico que mide el nivel de aspartato aminotransferasa (AST), que muestra inflamación en el hígado
- Una medición llamada parámetro de atenuación controlada (CAP, por sus siglas en inglés), que indica cuánta grasa se ha acumulado en tus células hepáticas. Este dato proviene del mismo estudio por imagen que evalúa la cicatrización.
Esta puntuación FAST ayuda a tu médico a identificar a las personas en riesgo y a comprender si tu hígado está inflamado y necesita tratamiento. Piensa en la puntuación FAST como una forma de detectar problemas del hígado antes de que se vuelvan más graves y te ayuda a ti y a tu médico a decidir cuándo tomar medidas para proteger a tu hígado.
Tu médico también debe hacerte pruebas para detectar otras enfermedades que a menudo acompañan a la MASLD y la MASH:
- Problemas con el azúcar en la sangre (diabetes tipo 2)
- Colesterol alto (dislipidemia)
- Presión arterial alta (hipertensión)
- Enfermedad renal (de los riñones)
- Problemas para respirar mientras duerme (apnea del sueño)
- Alteraciones hormonales en las mujeres (síndrome de ovario poliquístico)
Monitoreo de la salud de tu hígado
Tu médico programará chequeos regulares según los resultados de tus pruebas.
Si tu puntuación FIB-4 inicial fue baja, las guías clínicas recomiendan realizar un control después de uno o dos años. Esto ayuda a detectar cualquier cambio temprano, incluso si tu hígado está en buen estado ahora.
Si tienes grasa en el hígado, tu médico repetirá las mismas pruebas o hará pruebas similares para hacer un seguimiento de los cambios. Estos chequeos periódicos permiten evaluar si el tratamiento está funcionando, si es necesario ajustar el plan de tratamiento y si la cicatrización del hígado está empeorando.
Si tienes inflamación del hígado (MASH) o cicatrización:
- Necesitarás pruebas más frecuentes.
- Tu médico vigilará de cerca tus análisis de sangre para evaluar el hígado.
- Podrías requerir estudios por imágenes regulares del hígado para monitorear la cicatrización.
- Los cambios en el tratamiento temprano pueden prevenir el daño hepático grave (cirrosis).
La clave está en detectar los cambios temprano, cuando el tratamiento es más eficaz. Estos chequeos funcionan como un mantenimiento regular para evitar que los problemas diagnosticados empeoren.
Cambios en el estilo de vida para mejorar la salud del hígado
Los cambios en el estilo de vida son la base de tu tratamiento para la MASLD y para mantener tu hígado saludable. Hay varios aspectos a los que debes prestar especial atención:
Control del peso. Tener objetivos específicos de pérdida de peso te ayudarán a sanar tu hígado. Bajar de peso puede reducir la esteatosis hepática, la MASH y la fibrosis hepática.
- Perder un 5 % de tu peso reduce la grasa en el hígado.
- Perder entre un 7 y un 10 % de tu peso disminuye la inflamación en el hígado.
Alimentación saludable. Las guías de salud hepática recomiendan una dieta mediterránea con control de calorías para beneficiar tanto al hígado como al corazón. Para integrarla en tu plan alimentario, sigue estas sugerencias:
- Llena tu plato con frutas, verduras, granos integrales y grasas saludables, como el aceite de oliva y el pescado.
- Reduce tu consumo de alimentos procesados, que suelen tener altos niveles de azúcar y grasas saturadas.
- Evita las bebidas azucaradas.
El café (con o sin cafeína) puede ser beneficioso. Te ayuda a reducir el riesgo de la MASLD y la fibrosis.
Muchos alimentos tradicionales hispanos son naturalmente saludables y protegen a tu hígado. Aquí tienes algunas maneras de adaptarlos a las guías dietéticas para la salud hepática:
Opciones tradicionales saludables:
- Tortillas de maíz integral para agregar fibra
- Frijoles y legumbres como fuente de proteína
- Verduras tradicionales como tomates, pimientos, calabaza y nopales
- Hierbas y especias frescas, como cilantro y comino
Pequeños ajustes en la cocina:
- Hornea o asa a la parrilla en lugar de freír alimentos como las empanadas.
- Elige arroz integral o quinua en lugar de arroz blanco.
- Opta por frijoles negros o lentejas en lugar de frijoles refritos.
- Sustituye las bebidas azucaradas por agua o té sin endulzar.
- Opta por carnes magras como pollo y pescado en lugar de opciones con más grasa.
- Cocina con aceites de oliva o aguacate en lugar de manteca de cerdo.
Claves para el éxito:
- Cocina más comidas en casa para controlar los ingredientes.
- Empieza con cambios pequeños en tus recetas favoritas.
- Mantén los sabores tradicionales mientras haces elecciones más saludables.
Recuerda que tu hígado necesita grasas saludables para funcionar correctamente. Opta por grasas saludables de fuentes como el aceite de oliva, los aguacates y el pescado, y limita las grasas saturadas y trans.
Consumo de alcohol. Sigue las recomendaciones de tu médico sobre el alcohol. Si tienes el hígado graso (esteatosis hepática), evita el alcohol. Si tienes cicatrización grave (fibrosis avanzada) o daño hepático grave (cirrosis), deja de consumir alcohol por completo.
Actividad física. Intenta hacer al menos 150 minutos de ejercicio a la semana. Elige actividades que disfrutes. Divide tu rutina en sesiones de 30 minutos y combina el ejercicio cardiovascular y el entrenamiento de resistencia. El ejercicio regular es beneficioso para tu corazón y tu hígado, independientemente de si pierdes peso.
Crea un sistema de apoyo de atención médica
Encontrar profesionales de la salud que comprendan tus necesidades te facilitará el control de la MASLD.
Busca proveedores de atención médica que:
- Hablen tu idioma preferido
- Comprendan las tradiciones alimentarias y la dinámica familiar hispana
- Dediquen tiempo a escuchar tus preocupaciones
- Respeten las prácticas culturales que influyen en tus decisiones de salud
Para encontrar un médico que se adapte a tus necesidades, puedes utilizar varios recursos. Pregunta a tus amigos y familiares si conocen un médico de confianza que puedan recomendarte. Investiga en los directorios en línea. Lee reseñas y calificaciones de otros pacientes sobre diferentes médicos. Si tienes seguro médico, revisa si tu aseguradora tiene una lista de médicos que hablen español dentro de su red.
Cuando comiences a buscar un especialista del hígado:
- Pídele a tu médico de atención primaria que recomiende algunos y te remita a ellos.
- Averigua si tiene experiencia tratando a pacientes hispanos.
- Confirma si acepta tu seguro médico.
- Considera su ubicación y disponibilidad.
Los promotores de salud son profesionales que te ayudan a aprender y practicar hábitos saludables. Los encontrarás en hospitales, clínicas u organizaciones comunitarias. Su trabajo incluye:
- Explicarte los términos médicos y las opciones de tratamiento
- Guiarte a través del sistema de salud
- Conectarte con recursos locales
- Brindarte apoyo en tu idioma preferido
Es posible que puedas programar una consulta médica a través de videollamada. Los beneficios de la atención médica virtual incluyen:
- Menos visitas al consultorio médico
- Acceso a especialistas que están lejos de tu hogar
- Horarios más flexibles y compatibles con tu horario de trabajo
- La posibilidad de incluir a familiares en tus consultas
Contar con un sistema de apoyo adecuado te ayudará a gestionar mejor tu salud y tomar decisiones informadas sobre tu tratamiento.
Resumen
Cuando tienes la MASLD o la MASH, tu hígado almacena demasiada grasa, lo cual causa inflamación y daño. El diagnóstico temprano y el control adecuado de la enfermedad son fundamentales para los adultos hispanos, quienes tienen un mayor riesgo de desarrollar estas condiciones. Una de las mejores maneras de controlar la MASLD es mediante cambios en el estilo de vida. Estos incluyen la pérdida gradual de peso, hacer ejercicio y modificar las recetas tradicionales para que sean más saludables. También debes controlar las enfermedades crónicas como la diabetes, el sobrepeso o la obesidad. Tu médico puede ayudarte a vigilar tu progreso y evitar complicaciones graves a la vez que respeta tus costumbres culturales.
Puntos clave
Vivir con una enfermedad hepática es más desafiante para las personas hispanas, ya que pueden tener un factor genético que hace que su hígado almacene más grasa de lo normal. Esto los hace más propensos a desarrollar enfermedades como la MASLD y la MASH. Los médicos siguen guías clínicas específicas para diagnosticar problemas hepáticos temprano, evitar que empeoren y orientar el tratamiento, que incluye cambios en el estilo de vida como una alimentación saludable y actividad física. Los chequeos regulares, que incluyen pruebas y diagnósticos por imagen del hígado, son esenciales para monitorear la salud del hígado.
Ver Fuentes
Crédito de la foto: iStock/Getty Images
FUENTES:
Digestive Disease and Sciences: “Total body weight loss of ≥ 10 % is associated with improved hepatic fibrosis in patients with nonalcoholic steatohepatitis [La pérdida de peso corporal de ≥ 10 % se ha vinculado a la mejora de la fibrosis hepática en pacientes con esteatohepatitis no alcohólica]”.
Laboratorio Mora Pinzon de University of Wisconsin: “How to Find a Spanish-Speaking Primary Care Provider: A Helpful Guide [Cómo encontrar un proveedor de atención primaria que hable español: una guía útil]”.
U.S. Bureau of Labor Statistics: “Community Health Workers [Promotores de salud]”.
Frontiers in Medicine: “PNPLA3—A Potential Therapeutic Target for Personalized Treatment of Chronic Liver Disease [PNPLA3 - Una diana terapéutica potencial para el tratamiento personalizado de la enfermedad hepática crónica]”.
Annals of Gastroenterology: “Accuracy of controlled attenuation parameter for liver steatosis in patients at risk for metabolic dysfunction-associated steatotic liver disease using magnetic resonance imaging: a systematic review and meta-analysis [Precisión del parámetro de atenuación controlada para la esteatosis hepática en pacientes con riesgo de desarrollar esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica usando imágenes por resonancia magnética: revisión sistemática y metaanálisis]”.
Journal of Hepatology: “EASL-EASD-EASO Clinical Practice Guidelines on the Management of Metabolic Dysfunction-Associated Steatotic Liver Disease (MASLD) [Guías de prácticas clínicas EASL-EASD-EASO para el control de la esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD)]”.
Harvard Public Health Review: “Acculturation, Familial Support, and Unhealthful Dietary Patterns [Aculturación, apoyo familiar y patrones alimentarios poco saludables]”.
Journal of Clinical Medicine: “Metabolic Dysfunction-Associated Steatotic Liver Disease and Metabolic Dysfunction-Associated Steatohepatitis: The Patient and Physician Perspective [Esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica y esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica: perspectivas del paciente y del médico]”.
Nutrients: “Adherence to a Traditional Mexican Diet Is Associated with Lower Hepatic Steatosis in US-Born Hispanics of Mexican Descent with Overweight or Obesity [El consumo de una dieta tradicional mexicana se ha asociado con una menor incidencia de esteatosis hepática en personas hispanas de ascendencia mexicana nacidas en EE. UU. que tienen sobrepeso u obesidad]”.
Pew Research Center: “Hispanic Americans’ Trust in and Engagement With Science [Confianza en la ciencia y compromiso de los estadounidenses hispanos]”.
Office of Disease Prevention and Health Promotion: “Choosing a Doctor: Quick Tips [Cómo elegir un médico: consejos rápidos]”.
Johns Hopkins Medicine: “Benefits of Telemedicine [Beneficios de la telemedicina]”.