
La obesidad está relacionada con muchos problemas que pueden afectar tu salud y calidad de vida. Uno de ellos es la enfermedad del hígado graso.
La enfermedad del hígado graso es una afección en la que se acumula grasa en el hígado. Esto ocurre porque el hígado no puede procesar y eliminar la grasa de manera eficiente.
Existen dos tipos básicos de enfermedad del hígado graso: la enfermedad del hígado graso alcohólico, la cual ocurre cuando el consumo excesivo de alcohol daña el hígado y reduce su capacidad para descomponer la grasa. El otro tipo más común de la enfermedad no está relacionado con el consumo de alcohol. Conocida durante mucho tiempo como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), ahora se denomina enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés).
Varios factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar MASLD, pero la obesidad es probablemente el factor de riesgo más común. De hecho, hasta dos tercios de las personas con MASLD tienen obesidad.
Dato clave: MASLD se considera una enfermedad silenciosa porque generalmente causa pocos o ningún síntoma.
La acumulación de grasa puede dañar el hígado con el tiempo, impedir que funcione correctamente y llevar a una insuficiencia hepática. Además, las investigaciones sugieren un vínculo estrecho entre MASLD y las enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos. La buena noticia es que MASLD es tratable e incluso reversible si se detecta a tiempo y se toman medidas.
El hígado graso y la obesidad: ¿cuál es la conexión?
Una de las principales causas de la obesidad es consumir más calorías de las que el cuerpo necesita para obtener energía. El exceso de calorías se almacena como grasa en todo el cuerpo, incluido el hígado.
A medida que las tasas de obesidad han aumentado en la sociedad, también han aumentado los casos de MASLD. Actualmente, aproximadamente un tercio de los adultos en todo el mundo tiene MASLD. El hígado graso en niños, que solía ser raro, ha aumentado en más del doble desde finales de la década de 1980.
La enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica puede variar en gravedad. Los médicos diagnostican "hígado graso simple" (esteatosis hepática) cuando la grasa constituye al menos el 5 % del peso total del hígado. Generalmente, esta forma no empeora ni afecta la función hepática y no presenta síntomas. La mayoría de las personas con MASLD tienen hígado graso simple.
Sin embargo, aproximadamente el 20 % de los casos de MASLD progresan a una condición más grave llamada esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH), anteriormente conocida como esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés). En esta etapa, el exceso de grasa causa inflamación en el hígado. La inflamación crónica puede cicatrizar el hígado, llevar a la cirrosis e incluso a insuficiencia hepática. MASH es actualmente la causa de más rápido crecimiento de trasplantes de hígado en Estados Unidos.
Síntomas de la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD)
Los médicos suelen encontrar evidencia de MASLD al realizar pruebas hepáticas o estudios de imágenes (como tomografías o ultrasonidos) por otras razones médicas o en pacientes en riesgo.
Cuando las personas presentan síntomas de MASLD, estos pueden incluir:
- Fatiga
- Debilidad
- Molestias en la parte superior derecha del abdomen (donde se encuentra el hígado)
MASH también puede ser asintomática. Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza y causa cirrosis, los síntomas pueden incluir:
- Molestias en la parte superior derecha del abdomen (donde se encuentra el hígado)
- Pérdida del apetito, náuseas
- Cansancio extremo y debilidad
- Hinchazón en los pies, las manos y las piernas
- Pérdida de peso inexplicable
¿Todas las personas con obesidad tienen hígado graso?
No todas las personas con obesidad tienen MASLD, pero el riesgo es significativamente mayor. Los expertos estiman que el 75 % de las personas con sobrepeso (índice de masa corporal de 25 o más) tienen MASLD, y esta tasa aumenta al 90 % en las personas con obesidad clase III (índice de masa corporal de 40 o más).
No está claro por qué algunas personas con obesidad padecen MASLD y otras no. Los expertos tampoco están seguros de por qué la MASLD permanece estable y sin síntomas en muchos casos, pero evoluciona a MASH en otros.
Como ocurre con muchas otras enfermedades y sus factores de riesgo, es probable que los genes ayuden a inclinar la balanza hacia un lado u otro. En el caso de la MASLD, los antecedentes familiares de diabetes o colesterol alto pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad. Lo mismo puede ocurrir si se es posmenopáusica y de ascendencia asiática o hispana. Padecer otros problemas de salud, como diabetes tipo 2, resistencia a la insulina, colesterol alto o hipertensión, también puede aumentar el riesgo.
¿Se puede presentar el hígado graso sin obesidad?
Sí, entre el 10 y el 15 % de las personas con MASLD no tienen obesidad ni sobrepeso y tienen un índice de masa corporal inferior a 25.
Esta condición es más común en personas de ascendencia asiática. Las personas con MASLD magra suelen tener peor pronóstico que sus contrapartes con obesidad y sobrepeso. Corren un mayor riesgo de morir por enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos, y la enfermedad progresa más rápidamente hacia una enfermedad hepática avanzada.
¿Cómo afecta la obesidad al riesgo de hígado graso?
La obesidad aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar MASLD.
¿Qué otros factores pueden incrementar el riesgo de hígado graso?
Varios trastornos pueden aumentar tu riesgo de MASLD, de los cuales, muchos están vinculados a la obesidad:
- Grasa abdominal excesiva (grasa visceral)
- Diabetes tipo 2 o prediabetes
- Presión arterial alta
- Colesterol elevado
- Antecedentes familiares de hígado graso u obesidad
- Déficit de la hormona del crecimiento
- Síndrome de ovario poliquístico
- Apnea obstructiva del sueño
- Hipotiroidismo
- Disfunción de la glándula pituitaria
Síndrome metabólico y el hígado graso
La enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD) recibe su nombre porque las personas que la padecen suelen tener una o varias afecciones metabólicas.
Cuando ciertas afecciones metabólicas se dan juntas, los expertos médicos llaman a este conjunto de problemas “síndrome metabólico”. El síndrome metabólico aumenta el riesgo de padecer cardiopatías, diabetes y accidentes cerebrovasculares. También está relacionado con la MASLD.
Desde que se acuñó el término, los expertos han discrepado sobre los criterios exactos que definen el síndrome metabólico. Pero en general se está de acuerdo en que cuando se tienen tres o más de las siguientes afecciones, se cumplen los criterios del síndrome metabólico:
- Exceso de grasa alrededor de la barriga y la cintura
- Niveles elevados de triglicéridos en sangre
- Niveles bajos de colesterol HDL
- Niveles elevados de azúcar en sangre
- Presión arterial alta o tomar medicación para reducir la presión arterial
¿Tratar la obesidad ayuda a mejorar el hígado graso?
La pérdida de peso puede reducir la cantidad de grasa en el hígado e incluso revertir por completo la MASLD. Si has progresado a MASH, puedes hacer que tu enfermedad sea menos grave e incluso revertir el daño hepático si se encuentra en las primeras fases de la enfermedad.
Hay medicamentos prometedores en fase de desarrollo para tratar específicamente ambas afecciones. Pero la pérdida de peso es, y puede que continúe siendo, la mejor forma de tratar esta enfermedad.
Cómo bajar de peso con hígado graso
Junto con tu médico, elabora un plan de pérdida de peso seguro y eficaz. Normalmente, los profesionales recomiendan:
Reducir la ingesta calórica. Dependiendo de cuánto peso necesites perder, entre otros factores, tu médico puede sugerir reducir entre 500 y 1,000 calorías al día.
Adopta una dieta de alimentos integrales y baja en azúcares. La calidad de lo que consumes es importante. Algunos estudios sugieren que la dieta mediterránea, que se centra en las frutas y verduras, nueces, pescado en lugar de carne y grasas monoinsaturadas saludables como el aceite de oliva, está vinculada con una mejora en las enzimas hepáticas y menos grasa y tejido cicatricial en el hígado. La dieta mediterránea también reduce el riesgo de enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos, que son las principales causas de muerte entre las personas con MASLD.
Evita el alcohol. Aunque la MASLD no es causada por el alcohol, su consumo puede empeorar la enfermedad y acelerar su progresión a la cirrosis.
Haz ejercicio regularmente. Esfuérzate por realizar al menos 30 minutos de actividad física un mínimo de cinco veces por semana. Si necesitas perder mucho peso, es posible que tu médico te pida que hagas más. El ejercicio no tiene por qué ser agotador para ser eficaz. Empieza despacio y limítate a poner tu cuerpo en movimiento con, por ejemplo, caminatas breves y regulares. A la larga, serás capaz de realizar actividades de intensidad moderada que te hagan sudar y aumenten tu ritmo cardíaco. Por ejemplo, intenta trotar, haz entrenamiento de resistencia, Zumba o juega al pickleball.
Incluso sin perder peso, el ejercicio puede beneficiar directamente a tu hígado y a tu salud metabólica. Un ejemplo: el entrenamiento de resistencia con mancuernas, barras o el propio peso corporal dirige el exceso de glucosa a los músculos y alivia parte de la carga del hígado. Las investigaciones sugieren que un mínimo de 135 minutos semanales de ejercicio aeróbico puede reducir moderadamente la cantidad de grasa en el hígado, aunque no se pierda peso.
Considera las intervenciones médicas. Durante años, la cirugía bariátrica ha sido una forma popular y eficaz de ayudar a las personas con obesidad a conseguir una pérdida de peso significativa y a largo plazo, y a ralentizar la progresión o incluso revertir su MASLD/MASH. Ahora, una nueva generación de medicamentos para perder peso, llamados agonistas del GLP-1, ha introducido una forma no invasiva y muy eficaz de obtener buenos resultados.
La semaglutida (el ingrediente activo del fármaco para bajar de peso Wegovy) reduce el peso en una media del 12 %. También se relaciona con una reducción de la presión arterial, un mejor control de la glucosa y una mejora de los perfiles lipídicos, lo que beneficia a las personas con MASLD/MASH.
La tirzepatida (el ingrediente activo de Mounjaro, otro medicamento para adelgazar) sigue en fase de ensayo como tratamiento del MASH. Las pruebas sugieren que, además de reducir el peso corporal total, puede reducir significativamente la grasa, las cicatrices y la inflamación en el propio hígado. Tras un año de tratamiento con tirzepatida, un estudio halló que el 62 % de las personas que tomaban el fármaco veían que su MASH se resolvía por completo.
Sólo tu médico puede recetar estos medicamentos.
¿Cuánto ayuda la pérdida de peso con el hígado graso?
Perder cualquier cantidad de peso es mejor para tu hígado y tu salud general que permanecer en tu peso actual o seguir aumentando. Pero los beneficios reales ocurren cuando hay un cambio significativo:
- Perder al menos el 5 % de tu peso corporal puede reducir la cantidad de grasa en tu hígado si tienes MASLD.
- Perder el 7 % puede revertir la inflamación en tu hígado si te han diagnosticado MASH.
- Perder el 10 % de tu peso corporal ha demostrado reducir las cicatrices en el hígado en el 85 % de los pacientes diagnosticados con MASH.
Resumen
La enfermedad del hígado graso es una condición en la que se acumula grasa en el hígado porque este no puede procesarla ni eliminarla eficientemente. Varios factores aumentan el riesgo, pero el sobrepeso o la obesidad son los más comunes. Hacer ejercicio regularmente y seguir una dieta saludable y controlada en calorías debe ser una parte principal de tu plan de tratamiento. Una nueva generación de medicamentos para la pérdida de peso, llamados agonistas del GLP-1, puede ayudar a las personas con obesidad a lograr una pérdida.
¿La obesidad causa hígado graso?
Cuando tienes obesidad, significa que tienes una cantidad considerable de grasa adicional en todo el cuerpo, incluido el hígado. La obesidad no es la única causa, pero es una de las principales.
¿Bajar de peso elimina el hígado graso?
Sí, perder peso es una de las partes más importantes del tratamiento para el hígado graso. Incluso puede hacer que la enfermedad desaparezca por completo.
¿El hígado graso puede causar un abdomen grande?
A medida que avanza, el hígado graso puede causar inflamación y cicatrices en el hígado, lo que se conoce como cirrosis. Esto puede llevar a una acumulación de líquido en el abdomen llamada ascitis, lo que puede hacer que el abdomen se vea más grande.
¿Ozempic puede ayudar con el hígado graso?
Ozempic es la semaglutida que la FDA aprobó recientemente como tratamiento para la obesidad bajo el nombre comercial Wegovy. Puede ayudar a reducir la grasa corporal total y la grasa hepática para mejorar o revertir la afección.
¿Qué sucede si padeces hígado graso y aumentas de peso?
Si el aumento de peso continúa, la cantidad de grasa en tu hígado puede seguir acumulándose. Esto puede aumentar el riesgo de que MASLD progrese a MASH y, potencialmente, cause cicatrices en el hígado (cirrosis) e insuficiencia hepática.
Ver Fuentes
Crédito de foto: monkeybusinessimages/Getty Images
FUENTES:
Dra. Maria Rita Lepe-Suastegui, profesora adjunta, Departamento de Medicina Interna, Centro Médico UT Southwestern.
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