foto de mujer de espalda, que parece hacer ejercicios.

Por Olga Irwin, según lo relatado a Kara Mayer Robinson.

No recuerdo la fecha exacta en que descubrí que era VIH positiva, pero recuerdo muy bien la primera conversación que tuve con mi médico. Me diagnosticó con SIDA y me dijo que solo tenía 3 meses de vida porque mi recuento de células T estaba por debajo de 10. Eso fue en 1999.

Cuando finalmente encontré a un especialista en enfermedades infecciosas en una nueva clínica en mi área, me dijeron que con medicamentos podría vivir una vida larga y plena. Ahora tengo 54 años.

Comencé el tratamiento en el 2000. Desde entonces, he pasado por varios regímenes diferentes, pero ahora tengo una carga viral indetectable.

Mi peso normal solía ser de alrededor de 190 o 200 libras, pero cuando me diagnosticaron pesaba aproximadamente 160 libras. Seis meses después de comenzar el tratamiento, aumenté 40 libras y volví a mi peso normal. Me mantuve en ese peso hasta que inicié un plan de medicamentos diferente.

Luego de empezar esa nueva terapia, mi peso aumentó mucho (a 230 libras), que es donde estoy ahora. Cuando cambié al régimen actual, no aumenté más de peso, pero tampoco lo perdí.

La mayor parte del peso adicional está en mi área abdominal. Tengo que usar camisas dos tallas más grandes que mis pantalones. Al comprar ropa, tengo que mezclar y combinar mucho. Si compro vestidos, los envío a arreglar o alguien los hace para mí. Es difícil encontrar ropa que me quede, y siempre cuesta más lograr que se vean bien.

He hablado mucho con mi médico sobre el aumento de peso. Siempre me dice que cambie mi forma de comer y haga más ejercicio. Tengo otras condiciones de salud que hacen que el peso extra sea aún más peligroso.

Mi médico me recomendó que consultara a un asesor para controlar mi diabetes y cambiar mis hábitos alimenticios y de ejercicio. Pero hacer estos cambios no ha sido fácil para mí.

Dieta, ejercicio y estilo de vida

Hace unos años seguí una dieta muy estricta sin carbohidratos y perdí 50 libras. Pero mi estómago sobresalía aún más y parecía que estaba embarazada. Me dijeron que si podía perder otras 10 libras, sería candidata para una liposucción, pero no pude perder esas 10 libras. Después de eso, abandoné la dieta y recuperé todo el peso.

No creo que las dietas de moda funcionen bien. Cuando empiezas una, parece que, tan pronto dejas de comer según el plan, todo el peso —e incluso más— vuelve.

Sin embargo, este último año he mejorado con el ejercicio y realizado cambios pequeños en la forma en que como.

Tengo artritis en la parte baja de la espalda, y con todo el peso adicional, mi espalda duele más y me dificulta hacer ejercicio. Sin embargo, a pesar de mis problemas de movilidad, soy una persona activa.

El año pasado hice terapia acuática para ayudar con mi artritis. Cuando terminó, comencé a nadar. Ahora voy al YMCA dos veces por semana y hago ejercicios de terapia acuática y nado a lo largo de la piscina. Al principio apenas podía nadar cinco vueltas; ahora puedo hasta 20.

Aunque parece que por más que lo intente no puedo perder el peso que he aumentado, siento que nadar y hacer ejercicio en la piscina es bueno para mí. Es la primera vez desde que aumenté de peso que realmente hago algún tipo de ejercicio. No he bajado libras, pero he notado que mis piernas y brazos están más tonificados. Algunas personas me han preguntado si he bajado de peso porque parece que lo he hecho, pero la báscula dice que no.

Altibajos emocionales

El aumento de peso ha sido difícil emocionalmente. Afecta mi autoestima. Tengo muchos pensamientos negativos sobre cómo me veo. Cuando veo fotos de mí y noto cuánto sobresale mi estómago, no me siento bien.

Sin embargo, me siento optimista con los nuevos estudios que están analizando el problema del aumento de peso relacionado con los medicamentos para el VIH. También me hace sentir mejor saber que no es completamente mi culpa. Mis medicamentos están haciendo que sea más difícil bajar de peso.

Mi consejo para cualquiera que haya ganado peso por el tratamiento del VIH es hablar con tus médicos, amigos y sistemas de apoyo. No intentes hacerlo todo por tu cuenta. Busca ayuda de otros y mantente informado sobre los últimos avances médicos.

Espero que estos nuevos estudios sobre el aumento de peso debido al tratamiento del VIH lleven al desarrollo de nuevos medicamentos que no causen este efecto secundario y nos ayuden a mantener nuestro peso o a bajarlo más fácilmente.

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Crédito de la foto: E+/Getty Images

FUENTES:

Olga Irwin, Youngstown, Ohio.

Current HIV/AIDS Reports: “Obesity and Weight Gain in Persons with HIV [Obesidad y aumento de peso en personas con VIH]".