
El dolor es como un mensaje que manda tu cuerpo para dejarte saber que algo anda mal. Hay dos tipos de dolor. El dolor agudo no dura mucho tiempo. Por ejemplo, si tocas una olla de agua hirviendo, el dolor que sientes te está informando que debes remover la mano lo más pronto posible. También está el dolor crónico. El dolor crónico puede ser leve o intenso, pero a diferencia del dolor agudo, dura por meses o años. Por eso es importante hablar con tu médico y recibir un diagnóstico y un plan para aliviar el dolor o mantenerlo controlado.
¿Qué causa el dolor crónico?
Es posible tener dolor crónico por varias razones:
- Una lesión o infección
- La artritis
- El cáncer o el tratamiento contra el cáncer
- Daño en los nervios
Tu médico te hará una serie de preguntas para ver la mejor manera de controlar tu dolor. Tendrás que darle un valor entre 0 a 10 para determinar cuán severo sea el dolor que sientes. También te preguntará si sientes dolor en un solo lugar o si lo sientes en otras partes del cuerpo, y si el dolor es punzante o fuerte.
¿Cómo se controla el dolor crónico?
Dependiendo de la severidad del dolor, un plan de tratamiento puede incluir analgésicos con o sin receta, inyecciones de esteroides, fisioterapia, acupuntura y, en algunas ocasiones, cirugía.
Analgésicos sin receta médica. Ciertos dolores se pueden aliviar con analgésicos sin receta médica, como el acetaminofeno y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), que incluyen el ibuprofeno, el naproxeno y la aspirina.
Analgésicos con receta médica. Si el dolor es bastante severo, tu médico te puede recetar medicamentos más fuertes que requieren receta médica. Estos medicamentos pueden incluir los siguientes:
- Relajantes musculares
- Corticosteroides, los cuales son medicamentos antiinflamatorios
- Opioides, como la morfina y la codeína
Los opioides son narcóticos e incluyen fuertes analgésicos que requieren receta médica, como la oxicodona, la hidrocodona, el fentanilo y el tramadol. Los opioides pueden ser adictivos, aún si se toman a corto plazo. Por eso, los opioides son más adecuados para casos específicos, como por ejemplo luego de una cirugía. En muy pocos casos se recomiendan los opioides para dolores crónicos.
¿Cuál trabaja mejor?
Cuando tienes dolor crónico, es natural sentir desespero, ansiedad y hasta depresión.
Es posible evitar tener que tomar opioides y eliminar el riesgo de dependencia en ellos. Por ejemplo:
- El ibuprofeno y el naproxeno alivian el dolor de la misma manera que lo hacen los opioides en ciertos casos, como por ejemplo cuando el paciente tiene piedras en los riñones (o cálculos renales).
- El ibuprofeno y el naproxeno proporcionan alivio adecuado para el dolor después de una fractura menor, y permiten que los huesos sanen.
- El naproxeno alivia el dolor en la parte baja de la espalda (la lumbalgia) y mejora su función igual que cuando se combina con un opioide o un relajante muscular.
Efectos secundarios
Todo medicamento, ya sea con o sin receta médica, tiene posibles efectos secundarios. Si no estás seguro de los efectos secundarios de los medicamentos que te haya recomendado tu médico, puedes preguntarle a tu farmacéutico.
Cada analgésico tiene su propia lista particular de efectos secundarios, pero algunos analgésicos tienen efectos en común, como lo son:
- El dolor estomacal o indigestión
- La gastritis
- Las úlceras
- El sangrado gastrointestinal
El riesgo de efectos secundarios aumenta cuando no tomas los medicamentos como es debido. También aumenta aún más para las personas mayores de 65 años y las personas que tienen, o han tenido, úlceras o gastritis, enfermedad inflamatoria intestinal o colitis ulcerativa.
Advertencias y consejos
Al tomar cualquier medicamento con o sin receta médica, recuerda lo siguiente:
- Siempre toma los medicamentos con agua. Si te las tragas sin tomar algo, pueden causar irritación en la garganta o el esófago.
- Trata de beber unos tragos de agua antes de que te tomes las pastillas, y un vaso entero después.
- Procura tomar los medicamentos cuando estás sentado o de pie, en vez de estar recostado.
Para evitar la molestia estomacal, como el reflujo, intenta no acostarte después de comer y dejar de comer ciertos alimentos que empeoren la acidez, como el café y las comidas fritas.
Para evitar úlceras, procura tomar los medicamentos después que comas algo o con un vaso de leche para reducir la irritación.
Las personas embarazadas no deben tomar los AINE durante el tercer trimestre de embarazo, y deben evitar la aspirina durante el embarazo completo.
Si tienes enfermedad de riñón avanzada, úlceras estomacales o insuficiencia cardíaca severa, no debes tomar ningún AINE.
Si tienes enfermedad de hígado, no debes tomar acetaminofeno. Tampoco lo debes tomar si consumes tres bebidas alcohólicas, o más, al día.
¿Cuándo debes llamar a tu médico?
Llama a tu médico si la molestia estomacal o el reflujo no se alivia y sientes dolor. Si tienes daño de estómago o estás vomitando, debes buscar ayuda médica inmediatamente. Puede haber sangrado estomacal y eso lo notarás si el vómito es negro o rojo.
Ver Fuentes
Crédito de la foto: DigitalVision/Getty Images
FUENTES:
American Cancer Society: “Dolor agudo, crónico e intercurrente.”
American Academy of Family Physicians: FamilyDoctor.org: “Dolor crónico.”
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés): “Opioides para el dolor agudo: lo que debes saber.”
Cleveland Clinic: “Pain Management [El control del dolor],” “Pain Relievers [Analgésicos].”
John Hopkins Medicine: “Medicines and the Digestive System [Los medicamentos y el sistema digestivo].”
MedlinePlus: “Analgésicos no narcóticos,” “Opioides y trastorno por consumo de opioides.”
National Library of Medicine: “Using medication: The safe use of over-the-counter painkillers [Uso de medicamentos: el uso seguro de analgésicos sin receta médica].”