Ten a mano tu información médica en caso de emergencia. Lleva un brazalete o collar de identificación médica. Prueba MedicAlert, American Medical ID o RoadID. Empaca una lista de los fármacos a evitar y otra con tus medicamentos con las dosis y la frecuencia. Lleva también una lista de tus contactos y sus números de teléfono, incluido tu neurólogo, médico primario y amigos o familiares. Puedes imprimir una tarjeta para tu billetera en myastenia.org.

Lleva siempre una tarjeta con tu información médica y una lista de tus medicamentos actuales. Al viajar en avión, empaca los medicamentos en una bolsa de mano en lugar de en el equipaje facturado. Si necesitas más líquidos de lo permitido por la TSA, lleva una nota médica. Opta por una bolsa pequeña con ruedas para no cargarla a largas distancias, como en un aeropuerto o estación de tren. Si es suficientemente compacta, puede caber bajo tu asiento.

No intentes hacer o ver demasiado de una vez. Elige actividades relajantes y pausadas en lugar de otras más agotadoras. Divide tu visita en etapas. Recorre uno de los puntos de interés y regresa al hotel para relajarte junto a la piscina o dormir una siesta. Presta atención a tu cuerpo. Si no te sientes bien, reduce tu ritmo y descansa más. Sigue tu rutina lo mejor que puedas para reducir el riesgo de brotes.

No empaques mucho. Intenta enviar algunas de tus pertenencias antes de tu viaje. Considera contratar  un conductor particular o un taxi para desplazarte con más facilidad. Si planeas caminar mucho, considera alquilar una silla de rueda o carrito. Puedes reservarlos en una tienda de equipos médicos y pedir que lo lleven a tu hotel. Lleva dinero extra para pagar necesidades de última hora.

Al reservar un hotel, asegúrate de que tenga habitaciones accesibles para personas con discapacidades. Llama con anticipación para confirmar adaptaciones como barras de sujeción en la ducha y acceso para silla de ruedas. Solicita una habitación cerca del elevador o en la planta baja para reducir las caminatas. Pide almohadas extra, una salida tardía o cualquier cosa que te haga sentir cómodo. Solicita ayuda para llevar tus maletas y considera pedir servicio a la habitación para reservar tu energía.

Divide los viajes largos en trayectos de 1 a 2 horas para evitar rigidez y malestar. Haz paradas en el camino para salir del auto, estirarte y caminar. Si conduces, apoya el brazo en una almohada y, si es posible, viaja con un segundo conductor para turnarse al volante. Cuando no estés manejando, reclina el asiento para mayor comodidad o siéntate en la parte trasera y eleva los pies para descansar.

Si viajas en avión, reserva un vuelo directo si es posible. Si tienes una conexión, asegúrate de contar con tiempo suficiente entre vuelos. Elige un asiento con espacio extra para las piernas para moverte con facilidad. Informa a la aerolínea si necesitas un bocadillo o bebida especial. Obtén tu tarjeta de embarque en línea y llega temprano al aeropuerto para evitar prisas. Considera una silla de ruedas para conservar tiempo y energía.

Cuando estés fuera de casa, informa sobre tu miastenia grave a quienes deban saberlo. Algunos días puedes sentirte bien, pero otros podrías necesitar ayuda, así que sé claro con tus compañeros de viaje. Explícales si necesitas descansar, aire acondicionado o ayuda con el equipaje. No todos saben qué es la miastenia grave y cómo afecta tus necesidades, así que comunica lo necesario.