
El eccema es el nombre de un grupo de afecciones inflamatorias de la piel que pueden causar picazón, resequedad, sarpullidos, parches escamosos, ampollas e infecciones. El eccema no tiene cura. Tampoco es contagiosa. Si te rascas, la piel puede enrojecerse, lo cual aumenta la hinchazón y picazón. El tipo más común del eccema es la dermatitis atópica.
Los síntomas de esta afección crónica pueden mejorar o empeorar con el tiempo. Por eso es considerada una enfermedad de larga duración. De hecho, los síntomas pueden desaparecer por un largo rato y luego regresar en caso de que estés en contacto con un alérgeno u otro producto que te irrite la piel.
El eccema afecta a unos 30 millones de estadounidenses en total. De estos, se estima que 16.5 millones de adultos en los Estados Unidos tienen dermatitis atópica, entre ellos 2 de cada 5 personas (casi el 40 %) se ven afectados de forma moderada o severa.
Los efectos de la dermatitis atópica entre la población latina de los Estados Unidos
En los Estados Unidos, la dermatitis atópica tiende a ser más severa y persistente en los niños hispanos que en los niños blancos, a pesar de que es más común entre niños blancos y de otras razas y etnias.
Además de tener un efecto físico en los niños, el eccema también se asocia con efectos psicológicos negativos. Por lo tanto, hay una mayor probabilidad de que los niños también sean afectados por ansiedad y depresión cuando son afectados por esta enfermedad.
Aunque no se conoce la causa del eccema, es probable que sea provocada por factores genéticos y ambientales. Sumado a esto, las personas que viven en lugares urbanos o que están expuestas a ciertos alérgenos ambientales, como el polvo o el moho, tienen un mayor riesgo de desarrollar dermatitis atópica.
Un grupo de investigadores dedicados a un ensayo clínico sobre la prevalencia del eccema en niños mexicanos, hizo comparaciones con niños de otros países. Ellos encontraron que solo el 6 % de los pacientes estadounidenses con síntomas de eccema fueron diagnosticados con dermatitis atópica. Para los investigadores, estos datos sugieren una falta de diagnóstico y tratamiento significativo entre niños estadounidenses que provienen de familias con bajos ingresos y, posiblemente, con acceso limitado a especialistas en salud.
Se necesitan más ensayos clínicos para verificar si este hallazgo puede ayudar a explicar la severidad de la dermatitis atópica en los niños hispanos que viven en Estados Unidos.
La dermatitis atópica y tus genes
Algunos ensayos clínicos sugieren que varios genes pueden estar involucrados en el desarrollo de la dermatitis atópica. Ciertos estudios de investigación han descubierto que la causa de la dermatitis atópica puede ser por una mutación (o cambio) hereditario en un solo gen; como por ejemplo, el gen CARD11. Estos son casos muy raros. Pero aún no se sabe cómo las mutaciones genéticas causan los síntomas de la dermatitis atópica.
Cuando hay cambios en los genes a raíz de una mutación, eso implica que eres más propenso a desarrollar una afección. A esto se le llama susceptibilidad genética y se puede transmitir de padres a hijos. Por lo tanto, si uno de tus padres tiene dermatitis atópica, es posible que tú hayas heredado la afección. Si tienes susceptibilidad genética para la dermatitis atópica, podrías tener un brote al tener contacto con ciertos factores ambientales, ya sean cambios climáticos o jabones perfumados.
Cómo luce la dermatitis atópica en la piel oscura o de color
La dermatitis atópica puede afectar a cualquier persona, sin importar la raza, etnia o color de piel. Sin embargo, mucho de lo que se sabe acerca de esta afección está basado en la manera en que lucen los síntomas en la piel blanca.
Por ejemplo, el sarpullido luce rojo encendido en la piel blanca o clara. Pero en personas de piel oscura o de color, el sarpullido puede lucir gris, marrón rojizo o morado. Además, en la piel oscura también puede haber pequeñas protuberancias que causan bastante picazón. Por esta razón es esencial que se hagan más ensayos clínicos que investiguen la dermatitis atópica en personas de piel oscura o de color. Esto implica que, frente a futuros ensayos clínicos sobre la dermatitis atópica, es de gran importancia incluir a participantes de diversos grupos.
Diagnóstico y tratamiento
Habla con tu médico si tienes síntomas como irritación o picazón de la piel persistente. Pide que te recomiende a un especialista en dermatología. Es probable que te hagan un examen físico para confirmar un diagnóstico de eccema y verificar que no es otra afección de la piel que tenga síntomas similares. Por lo tanto, es probable que te hagan una prueba de alergias (como la prueba de parches), un análisis de sangre o una biopsia de la piel afectada.
Si tienes dermatitis atópica, es recomendable usar una crema hidratante para la piel todos los días. Si los síntomas persisten, habla con tu médico. Los síntomas de la dermatitis atópica varían de persona en persona. Por lo tanto, es posible que tengas que probar varios tratamientos o una combinación de ellos para ver si te ayudan. Recuerda que, aunque el tratamiento funcione, los síntomas pueden regresar.
Es posible que tu especialista te recete cremas medicinales para controlar la picazón y ayudar a reparar la piel. Si hay infección, necesitarás que tu médico te recete antibióticos para combatirla.
Para casos más severos o que no se alivian con medicamentos tópicos, puede ser que tu médico te recete algo más fuerte. El abrocitinib (Cibinqo) y el upadacitinib (Rinvoq) son pastillas, y el dupilumab (Dupixent) y el tralokinumab-ldrm son inyecciones subcutáneas; o sea, inyecciones que se aplican justo bajo la piel. Estos medicamentos ayudarán a bajar la inflamación y a reducir el resto de los síntomas.
La fototerapia se recomienda a las personas que no mejoran con los tratamientos tópicos o que vuelven a tener brotes después del tratamiento. Hay varias formas de administrar la fototerapia. La forma más sencilla es exponer la piel afectada a una cantidad controlada de luz solar natural. También se puede usar luz artificial ultravioleta A y ultravioleta B de banda estrecha. El uso a largo plazo de la fototerapia puede envejecer la piel prematuramente o causar cambios en su color. También aumenta el riesgo de cáncer de piel.
Es recomendable tratar de evitar contacto con ciertos productos o comer alimentos que te irriten la piel, como el ají.
Hay ciertos remedios naturales o caseros que podrían ayudarte con la dermatitis atópica, como lo son el aceite de coco o de girasol. Es importante que hables con tu médico antes de probar cualquiera de estas terapias naturales.
Ver Fuentes
Crédito de la foto: iStock/Getty Images
FUENTES:
Comunicado de prensa, Penn Medicine.
Mayo Clinic: “Dermatitis atópica (eccema).”
MedlinePlus: “Atopic dermatitis [Dermatitis atópica],” “Eccema.”
National Eczema Association: “Eczema Stats [Estadísticas sobre el eccema],” “Eczema in Skin of Color: What You Need to Know [Eccema en la piel de color: lo que necesitas saber],” “The Science of Eczema on Brown and Black Skin [La ciencia del eczema en pieles morenas y negras],” “What is Eczema? [¿Qué es el eccema?].”
The Organization of Teratology Information Specialists: MotherToBaby Fact Sheets: “Dermatitis Atópica.”
World Allergy Organization Journal: “Have the prevalence of eczema symptoms increased in the Mexican pediatric population? Prevalence and associated factors according to Global Asthma Network Phase I [¿Ha aumentado la prevalencia de síntomas de eccema en la población pediátrica mexicana? Prevalencia y factores asociados según la Primer Fase de la Red Mundial de Asma].”